El Puerto
Prieto de la Cal y la lucha contra la involución
El hierro centenario de encaste veragua, se mantiene fiel a su esencia, Morante lidia hoy seis en El Puerto
No se habla de otra cosa, el de esta tarde es el evento de la temporada, un torero histórico con una ganadería legendaria. Dos almas empeñadas en apostar por lo puro, lo auténtico, el clasicismo más absoluto. A veces, tanto Morante como Prieto de la Cal parecen haber permanecido instalados en otro siglo, en otra época. Lo de esta tarde en El Puerto de Santamaría será como un breve pero intenso «flashback», pero para recordar lo que la Fiesta no puede perder si quiere tener futuro. Un regreso al futuro.
El ganadero no se atribuye ni un ápice del mérito: «El autor de la idea de este cartel es exclusivamente Morante». Un «capricho» genial del sevillano que también supone en esta etapa tan complicada un gesto con los encastes minoritarios y menos predilectos entre las figuras, un término del que esta casa suele huir. «Estamos tranquilos porque sabemos que pase lo que pase no nos va a cambiar la vida. Llevamos décadas y décadas haciendo bien nuestro trabajo y eso es lo que nos importa. El mayor compromiso que sentimos es con el maestro que se encerrará en solitario», afirma Tomás, el propietario. Un cartel en solitario en el que este hierro confía ciegamente. «Si hay un torero capaz de lidiar variado seis toros impredecibles ese es Morante de la Puebla. Este cartel no quita oportunidades ni huecos a nadie, solo es un regalo para la afición».
Precisamente, el carácter impredecible de sus astados centenarios es la esencia de este hierro que apuesta por el respeto a todos los tercios: «La particularidad de las ganaderías tan antiguas – en este caso encaste veragua- hace que cada toro pueda ser distinto al resto y su comportamiento en cada tercio dispar». Por ello asegura que un diestro de la experiencia de Morante es el ideal para un festejo así.
Al conocer sobre el carácter conservador de la casa, surge el dilema de si es posible crecer sin evolucionar. Pero Tomás lo tiene claro: «La evolución no siempre es positiva. Si creemos que progresar consiste en seguir modas y perder la esencia e identidad de las tradiciones conseguiremos el efecto contrario. Este gesto de Morante representa la lucha contra la involución». A la vez, en Prieto de la Cal, reconocen con sorna que sí son «algo particulares», pero que realmente se posicionan en contra del pensamiento de que el toro y el torero actuales siempre son los mejores de la historia, asegurando que en el último siglo se han dado pasos hacia atrás.
Sobre Morante a Tomás no le faltan las palabras: «Para mí él representa tres valores fundamentales de la tauromaquia. Significa la capacidad de desafiarse constantemente a pesar de haberlo conseguido todo, la generosidad con la afición que criticaba el monopolio y la monotonía, y la solidaridad con el campo bravo en un momento tan difícil». Porque a pesar de que no sea nada habitual ver a Morante o figuras de su nivel con este hierro, Tomás afirma que el sevillano lleva tentando los últimos años allí. Sin embargo, no cuenta con la misma imagen sobre el resto de espadas de primer nivel, en quienes no confía para que sigan el ejemplo de Morante.
Así, este encaste lleva sobreviviendo aislado de las figuras y los grandes carteles, peleando «a contracorriente» y manteniendo los principios de su herencia familiar. «No creemos en la globalización, al menos no en su concepto actual que intenta acabar con la identidad cultural de cada región». Aun así, no reniegan de otras ventajas de este siglo como el impacto de las redes sociales y el acercamiento a la afición que facilitan.
Con una seguridad pasmosa habla Tomás antes de una de las tardes con mayor atención mediática, pero su seguridad se basa en el trabajo hecho, la fidelidad y la coherencia que ha marcado a su familia durante generaciones y generaciones y que desembarca hoy en El Puerto.
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