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Toros

Del Álamo, el trofeo a la vuelta del peligro

El diestro cortó la única oreja de la tarde en la primera corrida de Valdemorillo.

Juan del Álamo pasea el trofeo obtenido
Juan del Álamo pasea el trofeo obtenidolarazon

Una semana más nos dio la vida. Valdemorillo, que suele caer en el primer fin de semana de febrero, se retrasó unos días y así la ola polar

Una semana más nos dio la vida. Valdemorillo, que suele caer en el primer fin de semana de febrero, se retrasó unos días y así la ola polar. No parecía aquello lo que siempre (o casi) nos había acompañado en el prólogo de tarde: el frío, la lluvia, la nieve, todo un despliegue que nos hacía recordar el tenebroso invierno. Hoy no. Con temperatura primaveral y la calefacción a tono en su interior comenzó el festejo. El de Curro, Juan y Román. La tarde antes de los Miura. La primera del año para muchos. Apuntado queda. La corrida de La Palmosilla nos dejó buen sabor de boca. Descolgó la embestida el toro y lo hizo de salida. Cantado estaba. Repetidor y bravo el toro con el que comenzó también Curro Díaz el festejo y quizá la temporada. Correcto durante la labor, aunque sin lograr romper esa barrera de los primeros. La estocada sin fallo dejó la cosa en saludos. Empujó mucho en el caballo el cuarto, pero la vara le pasó factura después y a su repetición le faltó brío. Aseada la faena de Curro que, tras una estocada, salió al tercio de nuevo.

Un descalabro fue lo que vino en el tercero. Turno de Román. Tuvimos que esperar al final, cuando el descabello se le atravesó y así cualquier opción que no fuera el silencio. Tuvo miga el toro, porque embestía de lejos, le costaba empujar más allá de la inercia, pero era muy agradecido, sobre todo al natural. Por ahí le tragó más Román, dejándolo llegar mucho y llevándolo hasta el final. Muy solvente durante la labor, hasta que la espada le dijo nones.

En la distancia basó Román la faena al sexto, de bella estampa, al que le sobró cuarto y mitad de caballo en esa primera, eterna y única vara. Tuvo movilidad aun así el toro, pero bajo de revoluciones y con más repetición que entrega. Valor del torero, en una faena de medianías y largo metraje. Se ajustó un infierno en las manoletinas. Y esta vez la espada sí entró, pero, qué cosas, demoraría la muerte.

A Juan del Álamo no se lo pusieron fácil, así de precalentamiento de principio de temporada. Repuso mucho su primero, segundo en verdad, y por dentro. Pesaba el toro y así la faena, que no logró alcanzar mayores glorias que la voluntad. El quinto fue repetidor y lo hacía a media altura, sin llegar a entregarse del todo. En esa ausencia logró hacerle presa. Rodó bajo la cornamenta del toro y la suerte quiso que saliera cara. E ileso, lo que viene siendo lo mismo cuando la vida está a merced de lo fortuito. En este sitio y a esta hora. Difícil asumir ese paso adelante. Esa línea que nos diferencia. Salvado del desafío, el público entró en la faena, que se vivió ya al filo. La espada le entregó la oreja, casi al mismo tiempo que el descanso. Y resultó al final, rodado el sexto, el único premio. Miura espera. Mañana. Y será un mano a mano.

Ficha del festejo:

Valdemorillo (Madrid). Se lidiaron toros de La Palmosilla. 1º, bravo y de buen juego; 2º, encastado, exigente y de corto recorrido; 3º, de buen juego; 4º,repetidor y soso; 5º, repetidor y a media altura; 6º, Tres cuartos de entrada.

Curro Díaz, de carmín y oro, estocada (saludos) ; estocada (saludos).

Juan del Álamo, de verde botella y oro, estocada trasera (silencio); estocada trasera (oreja).

Román, de corinto y oro, dos pinchazos, estocada, aviso, veinte descabellos, dos avisos (silencio); estocada (silencio).