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Domingo de Resurrección: una cita para la excelencia

El cartel de este domingo en la Maestranza de Sevilla marca gran parte del argumento de la Feria y de toda la temporada sevillana. Los tres espadas anunciados –El Juli, Manzanares y Roca Rey- empatan a cuatro contratos rubricados, que los convierten en la piedra angular de la campaña hispalense.

Eso sí: falta el nombre de Morante, que terminó desplazándose al grueso del ciclo continuado después del encalle de las primeras negociaciones. En un primer momento, el diestro cigarrero había puesto reparos a la televisión para cerrar su ajuste. Mientras el tiempo apremiaba, el cartel de Resurrección se dio por cerrado con su nómina actual.

Morante ya se había quedado fuera de la lujosa combinación pascual en 2018. Entonces fue por voluntad propia, retrasando su cita con la plaza de la Maestranza hasta la feria de San Miguel después de comenzar su particular temporada en la plaza de Jerez en una campaña que siguió a su sorpresiva retirada en el verano de 2017.

Esas circunstancias dieron hecho el cartel a Ramón Valencia. El gerente de la empresa Pagés tenía cuatro actores naturales para conformar una combinación en la que sólo había sitio para tres. Las fías y porfías de Morante –que acabó transigiendo finalmente con la televisión- le sacaron del primer asalto sin renunciar, eso sí, a su papel de pilar indiscutible de la temporada.

Pero hay que hablar de los que sí están, comenzando por Andrés Roca Rey, ese joven paladín peruano que ha logrado encaramarse a la cúspide del toreo gracias a la difícil e infrecuente ecuación de valor, entrega, personalidad y regularidad –también de creciente calidad- que le ha convertido en el último remedio para las maltrechas taquillas de las plazas de toros.

Roca ya pasó como una apisonadora por la feria de Fallas y ha asumido el reto de jugarse a las bolas del bombo de Simón Casas su comparecencia en San Isidro. Es el mismo bombo que ha logrado esquivar El Juli después de estar fuera de la cartelería isidril. El inesperado accidente de Enrique Ponce –que estará un largo tiempo de baja- acabó desatando los acontecimientos.

En esa tesitura, Casas tuvo que abrirle al madrileño la puerta a los mejores carteles del largo serial madrileño sin entrar en el sorteo que sí había aceptado Roca. Ese escenario avivará la competencia entre el joven valor peruano y El Juli en el primer duelo de la temporada.

Roca es el sucesor natural del precoz maestro madrileño que vuelve a la plaza de la Maestranza después de triunfar por todo lo alto en 2018. El indulto del toro ‘Orgullito’, marcado con el hierro de Garcigrande ya figura en los anales del coso maestrante.

Manzanares, de alguna manera, oficiará de testigo de este torneo. Hay que recordar que el alicantino afronta su primer compromiso sevillano después de tener que aplazar el comienzo de su temporada por una nueva lesión que se sumaba a sus crónicos problemas de espalda. El torero mantiene intacto el idilio que le une al público sevillano a pesar de los altibajos de las últimas temporadas.

No hay que olvidar que el artista alicantino ha dictado algunas de las mejores páginas de su vida profesional en el ruedo de la Maestranza y ha asegurado en la contundencia de su espada el resultado de algunas tardes más tibias. El aficionado, en cualquier caso, quiere volver verlo al nivel de los días grandes.

El año pasado se acercó a sus mejores fueros con un excelente toro de Núñez del Cuvillo al que toreó de forma excepcional aunque, eso sí, dejando la impresión de guardarse algo dentro. Esa misma impresión volvería a repetirse con otro toro de nota, el mejor del envío de Juan Pedro Domecq, al que cuajó sin clamor y mató con excelencia.

Cortó tres orejas en abril pero en la Feria de San Miguel, por fin, iba a acercarse a sus mejores fueros aunque la espada, esta vez, le cerró la Puerta del Príncipe.