Ferias taurinas

Triunfo grande de Ginés Marín y Talavante «pincha» una gran faena en Badajoz

El diestro Ginés Marín, que salió por la puerta grande, da un pase con la muleta al primero de su lote durante la corrida
El diestro Ginés Marín, que salió por la puerta grande, da un pase con la muleta al primero de su lote durante la corridalarazon

Ginés Marín ha dado cuenta en Badajoz de su toreo enclasado y rotundo, pleno de clasicismo, profundidad y belleza, al cortar tres orejas a sendos toros de Vegahermosa y Jandilla de acusada nobleza, mientras Talavante malogró con la espada una hermosa faena.

Cuatro toros de Jandilla, el sexto como sobrero de uno de Vegahermosa, y dos más -primero y tercero- de Vegahermosa, correctos de presentación y de juego desigual. Manso y con genio el primero; bravo y encastado el segundo; noble pero soso el tercero; sin humillar y a la defensiva, el cuarto; áspero y con genio, el quinto; y noble y enclasado el sexto.

José Antonio "Morante de la Puebla", de catafalco y azabache: pinchazo y casi entera atravesada (silencio); pinchazo y estocada caída (bronca).

Alejandro Talavante, de verde hoja y oro: dos pinchazos y estocada (ovación); metisaca muy bajo y pinchazo hondo (silencio).

Ginés Marín, de sangre de toro y oro: estocada (dos orejas); casi entera recibiendo (oreja).

En cuadrillas, Jesús Díaz "Fini"destacó en la lidia del sexto, y Juan José Trujillo y el propio Fini saludaron tras parear al segundo y tercero, respectivamente,

La plaza registró algo más de media entrada en los tendidos.

Gínes Marín ha confirmado que su toreo es de muchos quilates. Sin ningún gesto de cara a la galería, más allá de lo que le dictaba la inspiración, hizo dos faenas a sendos toros de Vegahermosa y Jandilla en las que primó el clasicismo, la delicadeza y la profundidad que imprime a su toreo, por lo que la belleza es una venturosa consecuencia.

Con personalidad y con rotundidad en su quehacer, ha brotado el arte y ha paseado tres orejas.

Quiso llevar a su primero más largo de lo que el toro permitía. Vistosísimo el quite por caleserinas. Inicio de faena de rodillas en redondo, muletazos suaves y a cámara lenta el pase de pecho, para seguir de pie, toques suaves y muletazos limpios. Pronto al animal comenzó a faltarle final y a sobrarle sosería, lo que superó el diestro. Bernardinas y estocada de muy buena ejecución. Dos orejas.

Devuelto el sexto, el sobrero llevaba el hierro de Jandilla. Toro de dulce embestida en las verónicas de Ginés Marín. Precioso el quite por chicuelinas, delicadas, llevaba al "jandilla"toreado con los vuelos.

Brindis a los niños del palco infantil y delicioso comienzo de faena, alternando el pase de la firma con la trinchera, el pase de las flores y el de pecho. Dos tandas soberbias con la diestra, toreo despacioso, templado y hondo. Faena con series por ambos pitones muy logradas y preciosos los mulezados finales de rodilla genuflexa. Estocada casi entera recibiendo y otra oreja para su esportón.

Talavante recibió a su primero con verónicas ajustadas, casi delantales, con la chicuelina, la media y una larga. Un puyazo medido, apretó el animal. Quite entre gaoneras y saltilleras, Talavante en sazón ante un toro bravo.

Brindis al público y albores de faena por estatuarios, la arrucina y dos largos pases de pecho. Cite frontal, daba sitio al animal y los muletazos brotaron largos y profundos. La cintura de Talavante hacía muy largo el pase y la muñeca lo engrandecía todo, preciosos los remates. Manoletinas finales. La espada privó al torero de unas más que posibles dos orejas.

El quinto no tenía profundidad ya de salida. Corneaba el peto, por lo que apuntaba genio. Talavante quiso llevarlo por abajo en los inicios de faena pero el animal derrotaba con violencia. Al natural, valor palpable, plantando cara a un astado áspero, muy deslucido porque tiraba un gañafón y se acordaba de lo que se dejaba atrás. Vergüenza torera, poco pudo hacer el de Badajoz.

Infumable resultó el lote de Morante de la Puebla. Ni siguiera un lance pudo dar a sus dos astados de lo deslucidos que fueron. Con genio su primero, tiraba gañafones. El cuarto no humilló nunca, y tampoco se dio coba el sevillano.