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«The Romanoffs», delirios de grandeza

Recién estrenada en Amazon Prime, la nueva serie de Matthew Weiner es mucho más cara que «Mad Men» pero vale mucho menos

Marthe Keller e Inès Melab (subida a una escalera), es una escena de la ficción/AMAZON VIDEO
Marthe Keller e Inès Melab (subida a una escalera), es una escena de la ficción/AMAZON VIDEOlarazon

o primero que conviene saber de «The Romanoffs» es que cada uno de sus episodios es largo. Muy largo. El esperado regreso de Matthew Weiner a la televisión después de Mad Men es una colección de ocho relatos autoconclusivos y no relacionados narrativamente entre sí cuya duración media, al menos a juzgar por los tres primeros, es de 85 minutos. Lo segundo que conviene saber es que en realidad no tiene nada que ver con la Rusia zarista. En cambio, habla de la podredumbre moral de los ricos, y trata de exponer la arrogancia que se esconde tras el lujo. Y, mientras lo hace, la serie misma se muestra encantada de exhibirse y alardear.

Es, en otras palabras, una serie que va a lo grande. Ha sido rodada en varios continentes, con un reparto estelar que incluye a Isabelle Huppert, Diane Lane y Aaron Eckhart y deslumbrantes valores de producción. Ha costado nada menos de 70 millones de dólares. Y a pesar de que en Amazon suelen estrenar a la vez todos los episodios de cada temporada de sus ficciones televisivas, Weiner les ha convencido para que los de «The Romanoffs» se vayan estrenando semanalmente. Y tal despliegue es aún más llamativo si consideramos que la premisa de la serie no parece especialmente comercial. Sus protagonistas son personas de diferentes partes del mundo convencidas de ser descendientes de los Romanov, la dinastía real rusa que fue aniquilada por los bolcheviques en 1918; y convencidas de que eso las hace especiales, y les da derecho a tratar a los demás con desprecio.

El primero de sus episodios, «The Violet Hour», es una tediosa comedia romántica que recuerda a «Paseando a Miss Daisy» y al peor Woody Allen; el segundo, «The Royal We», es un drama marital que se convierte en un thriller, y que solo resulta convincente si se compara con su predecesor. El tercero, «House of Special Purpose», es el único de los estrenados hasta la fecha capaz de dar a entender que «The Romanoffs» ha sido creada por el mismo talento que produjo «Mad Men». En él se tratan la conexión entre la realeza y la celebridad y el abuso de las mujeres en el negocio del entretenimiento, se saca punta a la propia reputación de Weiner para cuestionar hasta qué punto los genios deberían tener carta blanca para portarse como tiranos.

Difícil de digerir

En general, eso sí, visto lo visto los personajes de «The Romanoffs» tienen una psicología tan voluminosa como el papel de fumar. Weiner nos pide que pasemos hora y media en su compañía y en la de sus problemas banales y folletinescos, pero no nos da un motivo razonable para hacerlo. Como resultado, resulta más trabajoso ver uno solo de esos episodios que tragarse una temporada entera de «Mad Men».

Weiner, en todo caso, asegura que decidió diseñar su regreso a la pequeña pantalla con este formato precisamente pensando en el público. «Pensé, ¿no sería bonito ofrecer al espectador una serie que le permitiera ver los episodios en el orden que quiera o pueda verlos?», ha explicado. Por supuesto, si podemos ver los episodios en el orden que queramos también podemos dejar de ver algunos de ellos. No es mala idea.