Treinta mil nazarenos
Esta Semana Santa apuntaros a Cuenca, cuando la ciudad se convierte en templos sin paredes
Los conquenses dicen: “No hay una sola forma de explicar nuestra Semana Santa”. Serán treinta mil nazarenos en veinte calles y el Viernes Santo, veinte horas seguidas de procesión.
Hubo un acto en la embajada ante la Santa Sede en Roma, en donde se presentó la Semana Santa de Cuenca y confieso que nos ha dejado a varios "tocados". Berta López, la directora de comunicación de la Junta de Cofradías de Semana Santa en Cuenca que lleva en la sangre “Su Semana Santa”, nos emocionó cuando describió como nazareno, lo que significan para ellos los de Cuenca, estas fiestas.
Y arrancó así:
«Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos. Fue Donoso Cortés quien pronunció esta frase. Probablemente no fue en un contexto nazareno y sin embargo, define la esencia de la Semana Santa de Cuenca como si el filósofo la hubiera pensado para ella. Unirse para hacer algo juntos. Y algo grande, unirnos en una misma fe, iguales bajo el capuz, caminando junto al Señor. Esa es la esencia de nuestra Semana Santa, es nuestra forma de vivir”. Y como ella misma dice: “No hay una sola forma de explicar nuestra Semana Santa, podemos hacerlo desde el punto de vista de la historia porque hunde sus raíces en los tiempos, como las hunde en la tierra el grano de mostaza de la parábola. Seis siglos de fe compartida nos han traído hasta aquí y nos han hecho ser lo que somos” afirma. Hace 43 años, fue declarada de Interés Turístico Internacional y desde hace 27, que desfilan sus procesiones por calles que son Patrimonio de la Humanidad. Berta señaló que son 33 las hermandades que hay en Cuenca, pero la cifra no es casual, porque así con esta cifra, se señala la edad de Cristo.
Treinta mil nazarenos en 20 calles de la ciudad
Un templo sin pared, esto es Cuenca en Semana Santa
Los de Cuenca ya son nazarenos antes de nacer, porque viven alrededor de la Semana Santa: “O podríamos contarla como la contamos los nazarenos, que Cuenca en Semana Santa es templo sin pared, catequesis procesional y la Escritura hecha madera. Que se vuelve durante nueve días en la ciudad con un gigantesco corazón que al golpe de horquilla late. Que vivimos, trabajamos y esperamos un año para un instante. Que la Pasión en Cuenca es una constante y es del Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección cuando alcanza su máxima expresión, somos todos nazarenos y miramos en una misma dirección: la que señala San Juan no bien raya el viernes el sol” asegura.
Hay que dejarse sorprender, emocionar y conquistar, los que vayáis a Cuenca esta Semana Santa, debéis de hacerlo e ir dispuestos a sumarse a la tradición que une a la ciudad y la convierte en una sola cosa: En peregrina y en nazarena.
Ver a través el capuz, aunque no se lleve puesto, esa es la clave. Porque una es la ciudad que se ve a simple vista y es otra cuando se ve a través del capuz porque las calles ya no son calles sino un recorrido procesional. La ciudad de transforma en primavera, llenando los balcones de flores, aparecen ventanas y rejas de palmas y ramos de olivo porque esperan el Domingo, el santo. Para los de Cuenca descubrir al primer nazareno con su túnica blanca de Hosanna subiendo a San Andrés el Domingo de Ramos es un momento muy esperado porque como ellos dicen: “El momento ha llegado. Ha terminado la espera. Y entonces… se escucharán tres golpes y abrirá San Andrés para el Señor sobre la borriquilla. “Cuando vengan a nuestra Cuenca en Domingo de Ramos y Hosanna, querrán volver a ser niños para bautizarse, subirán a Los Oblatos y guardarán sus oídos el recuerdo de ese sonido que hacen las palmas y ramos agitadas por los niños. Y sabrán que en Cuenca para el Señor alfombramos el camino con todas las devociones que desde nacer aprendimos”.
La emoción de las madres
Cuenca, en Semana Santa, está hecha del amor de esas madres que lloran al ver a sus hijos vestir por vez primera la tulipa, la túnica y el capuz, de las ventanas que abren al filo del Peso y nazarenos que un día fueron y hoy ya sin túnica se santiguan tras tocar el madero del Santísimo Cristo de la Vera Cruz. “Es escuchar hablar a nuestra Cruz Vera por boca de sus hermanos y predicar en Lunes Santo por la fe que profesamos. En Cuenca hasta nuestro obispo le presta a Cristo su voz por recordar las Siete Palabras que en la Cruz pronunció”.
Si en Martes Santo se decide acompañar a los conquenses, hay que seguir al Bautista rumbo a la Plaza Mayor, una plaza que se convierte el Miércoles Santo en el Huerto de los Olivos y que el Jueves Santo recibe la Pasión según San Juan hecha madera en la procesión de Paz y Caridad. Pero quizá el momento más emocionante, el que todo el mundo espera, es la salida de Nuestro Padre Jesús del Salvador en la madrugada del Viernes Santo, ante miles de turbos tocando sus tambores y clarines destemplados para simbolizar la burla a Jesúa Camino del Calvario. En esos momentos, la ciudad tiembla y los conquenses con ella. Al anochecer del día en Cuenca se harán silencio para acompañar al cortejo fúnebre del Santo Entierro.
Sábado Santo
Tal vez se quiera entonces en Sábado Santo hacer Duelo con la Madre en sus Dolores. Tal vez se quiera ser como María Magdalena y María Salomé y subir con los nazarenos mientras atardece. Justo entonces, en el silencio que entre dos luces crece, se pasará de nuevo por San Andrés. Y casi sin saber por qué, sentirán que de esperanza se les llena el corazón…pues tras las puertas de esa iglesia espera la Resurrección. Es un momento de reencuentro, que regresan los que se fueron llenando las calles de charlas con recuerdos.
Cuando se ve a la Madre encontrarse con su Hijo en la Plaza de la Hispanidad, se sabe que se ha encontrado en Cuenca lo que se ha venido a buscar.
Será la última procesión y para entonces…cuando haya visto pasar al Señor por las calles y se haya unido, no se será ya capaz de vivir sin volver a sentir lo que se ha sentido dicen los nazarenos de Cuenca. Y agregan “No querrán ya vivir sin acompañar de nuevo al Señor por las calles de nuestra Cuenca. Porque sentirán, como nosotros, que en el mismo momento en que se cierran para todo un año las puertas de San Andrés, inicio y final de todo lo que hemos vivido, antes incluso de marcharse de Cuenca… Querrán a nuestra ciudad volver y que vuelva a ser Semana Santa en ella”. confirma.
Agenda:
Domingo 2 de abril
Procesión del Hosanna
9.30 h.
Salida: Iglesia de San Andrés
Lunes 3 de abril
Procesión Penitencial del Santísimo Cristo de la Vera Cruz
22.30 h.
Salida: Catedral de Cuenca
Martes 4 de abril
Procesión del Perdón
19.00 h.
Salida: Parroquia del Salvador
Miércoles 5 de abril
Procesión de El Silencio
19.00 h.
Salida desde la Iglesia Parroquial de San Esteban
Jueves 6 de abril
Procesión de Paz y Caridad
16.30 h.
Salida desde la Iglesia Parroquia de Nuestra señora de la Luz
Viernes 7 de abril
Procesión Camino del Calvario
5.30 h.
Salida desde la Iglesia Parroquial de El Salvador
Procesión en el Calvario 12.30
Salida desde la Iglesia Parroquial de San Esteban
Procesión del Santo Entierro
21.00 h.
Desde la Iglesia catedral Basílica en la Plaza Mayor
Sábado 8 de abril
Procesion de El Duelo
19.00 h.
Salida desde la Iglesia Parroquial de San Esteban
Domingo 9 de abril
Procesión de El Encuentro
10.00 h.
Salida desde la antigua iglesia de San Andrés
Treinta y tres hermandades y una Archicofradía. Cuarenta y tres imágenes. Diez procesiones. 30.000 nazarenos. Ocho templos de salida. Veinte calles como escenario pasional. Veinticinco kilos de media por bancero. Veinte horas ininterrumpidas de procesión el Viernes Santo. Dos imagineros fundamentales: Luis Marco Pérez y Federico Coullaut-Valera. Cuarenta y un años desde su Declaración de Interés Turístico Internacional. Seis siglos de historia.
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