
Cine
Los mejores 60 segundos de esta obra maestra de ciencia ficción no estaban destinados a suceder
Aunque es considerada un clásico indiscutible de la ciencia ficción, 'Blade Runner' esconde un giro detrás de su escena más icónica

Blade Runner es considerada una de las películas de ciencia ficción más icónicas, pero su escena más importante ni siquiera se suponía que tenía que ocurrir de esa forma. Si bien no fue un éxito en su estreno en cines, Blade Runner sí que se ganó la reputación de obra maestra con el paso del tiempo, considerada la precursora del cine ciberpunk y una perfecta combinación de ciencia ficción marcada por la influencia del estilo de cine negro.
Estrenada en 1982, Blade Runner narra la historia de un policía llamado Rick Deckard que persigue replicantes. Su cometido es matarlos cuando estos se rebelan. En este caso, su objetivo es Roy Batty, quien, si bien es un asesino y terrorista, también lucha con la convicción de que está vivo, como cualquier ser humano. Por ese motivo, el personaje cree que merece vivir como desea. El enfrentamiento final incluye un discurso intenso en la azotea, pero las mejores líneas del discurso ni siquiera estaban en el guion original de Blade Runner.
El origen improvisado del monólogo de Roy Batty
Después de un enfrentamiento brutal, Roy Batty decide salvar la vida del personaje de Harrison Ford. Es justo en ese instante cuando pronuncia un monólogo que cambia todo lo que Rick Deckard y los espectadores creían saber sobre el replicante. La verdad es que Roy muere, pero deja a los espectadores uno de los mejores finales de la historia del cine de ciencia ficción.
Y es que se han producido diferentes versiones sobre este discurso, pero todas coinciden en varios aspectos. Lo que está claro es que originalmente no fue escrito tal como lo pronunció Rutger Hauer. En Dangerous Days: Making Blade Runner, Rutger Hauer y Ridley Scott afirmaron que el actor modificó significativamente el discurso final. El actor afirmó en dicho documental que solo hizo algunas adiciones, incluyendo la memorable frase "como lágrimas en la lluvia".
Sin embargo, Ridley Scott también cambió un poco la historia. El cineasta contó que fue a buscar a Rutger Hauer para la escena, y el actor le dijo que había escrito un discurso que quería leerle. Aunque reconoció estar algo preocupado por esto, el resultado fue este momento que es historia del cine. Dicho esto, aunque ese instante en Blade Runner sigue siendo el mejor de cualquier película de Ridley Scott, le sigue de cerca su icónica película de terror Alien.
En la cinta original, no fue un miembro del reparto quien tuvo la idea que propició un momento impactante, sino que fue el propio Ridley Scott. Esto ocurrió durante la memorable escena en la que el xenomorfo salía a través del pecho de su anfitrión. En esta escena, todos los actores sabían que algo saldría del pecho de Kane, pero nadie les dijo cómo sucedería.
Precisamente, nadie era consciente de que Ridley Scott había comprado órganos reales de un animal para que la secuencia fuese más real. Tampoco que tenía un instrumento para salpicar sangre sobre todos los miembros del reparto. Quería que la reacción fuera natural, así que lo hizo estallar todo y roció sangre por todas partes. En consecuencia, lo que la película mostró fue la reacción real de cada actor.
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