Andalucía

Un hombre acusado de matar a su mujer y tirarla a un pantano de Montoro dice que le obligaron a culparse

Asegura que el crimen lo cometieron dos personas que hicieron una obra en su casa dos años antes

Córdoba.- Sucesos.- Detenido un acusado de robar un pastor eléctrico y material sanitario en una finca de Montoro
Una patrulla de la Guardia Civil en MontorolarazonGUARDIA CIVIL

El hombre acusado de matar a su mujer golpeándole la cabeza con un martillo en Arganda del Rey (Madrid) y tirar su cuerpo a un pantano de Montoro (Córdoba) ha asegurado en el juicio que es inocente y fue otra persona la que acabó con la vida de su pareja y además le exigió que se autoinculpara.

Gaspar O.C., de 70 años, ha declarado este martes ante el jurado popular que se conformó ayer lunes en la Audiencia Provincial de Madrid.

La Fiscalía solicita para él 14 años de prisión como presunto autor de un delito de homicidio con la circunstancia atenuante de trastorno psíquico, al determinar que el 11 de octubre de 2018 mató a su mujer golpeándole la cabeza con un martillo y asfixiándola con una bolsa de basura.

Luego introdujo el cuerpo de la mujer en el maletero de su vehículo y se dirigió a localidad cordobesa de Montoro, de la que es originario, donde la arrojó al pantano El Arenoso, tras introducir una piedra de cinco kilos entre sus ropas, según el relato fiscal.

Ocho días después la Guardia Civil encontró el cadáver de la mujer.

Este martes el acusado, que inicialmente se había autoinculpado ante los agentes pero luego dio otra versión en el juzgado, ha incidido en esta segunda versión: él no mató a la mujer, sino que el crimen lo cometieron unas personas que habían hecho una obra en su casa dos años antes, que además le exigieron que se autoinculpase en pocos días.

El matrimonio tenía 4 hijos en el momento del crimen, y tras el mismo Gaspar denunció la desaparición de su mujer, aunque luego confesó que la había matado. Más adelante lo negó y dijo que la mataron durante un robo, versión que ha mantenido este martes.

El juicio se ha celebrado con medidas de seguridad para evitar contagios por coronavirus: los asistentes llevaban mascarillas y diferentes pantallas protegían al jurado y a las partes.