Política
Del Gobierno «encapsulado» al «oasis» de Andalucía con la opción de prorrogar las cuentas
Arrimadas garantiza a Moreno que el pacto seguirá hasta el final de la legislatura mientras Vox pide adelantar elecciones
Tras las elecciones catalanas, los partidos en Andalucía venían tomando posiciones de cara a las elecciones pero en todo momento con el escenario de agotar la legislatura a pesar de la debilidad orgánica del principal candidato a revalidar la victoria en los comicios, el PSOE-A, embarcado en su propia guerra interna en busca de un liderazgo. La moción de censura en Murcia dio sentido a las palabras, la jornada previa, de la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, a la que colocan como posible rival de Juan Marín al frente de Cs en Andalucía. Ruiz recordó que los naranjas pueden formar gobierno «a izquierda o derecha», como un vaticinio. La inestabilidad política general rescata la estrategia del Gobierno andaluz desde el arranque del mandato. Del «encapsulamiento», del que habló Marín frente a las influencias de Vox, al actual «oasis» y con el socio parlamentario solicitando elecciones, presionando por el pin parental y presionando con entrar en el Gobierno tras los comicios.
Moreno y Marín cuidaron los detalles de la puesta en escena. Estaba previsto que compareciera Bendodo pero finalmente apareció el presidente andaluz en el patio del Parlamento andaluz, saliendo del Pleno. El mensaje fue retransmitido en directo por Canal Sur TV. Presidente y vicepresidente bajaron juntos por las escaleras y se agarraron. Moreno admitió haber recibido multitud de llamadas de todos los sectores preocupados por la estabilidad del Ejecutivo. La llamada más importante, probablemente, fue a la líder de Cs, Inés Arrimadas, que confirmó al jefe del Ejecutivo andaluz que el partido naranja no tiene intención de romper la estabilidad andaluza. Se da la circunstancia, además, de que en los enclaves donde Cs tiene influencia de gobierno, sólo en Andalucía se produjo un cambio de color político tras las elecciones. En Murcia y Madrid, Castilla y León y en varios ayuntamientos ahora rotos se optó por dar oxígeno al PP para erosionar a Pedro Sánchez. En Andalucía, las casi cuatro décadas de gobiernos del PSOE hacían insostenible su continuidad más aún después de que Susana Díaz ninguneara a Juan Marín con el último adelanto electoral. También hacen imposible ahora un pacto de PSOE y Cs con Díaz como líder. El nombre del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que pactó con el portavoz naranja Pimentel, gana, en este sentido, enteros.
«El Gobierno andaluz goza de muy buena salud», fue el mensaje. «Es un Gobierno sólido, en el que hay complicidad y afecto, con una hoja de ruta de modernización y reformas que aspira a concluir la legislatura», defendió Moreno. Moreno y Marín apelaron a «la responsabilidad» y recordaron que «la salud es el primer objetivo y el segundo el empleo». Andalucía es «una isla», fue el término usado por Marín, que también fue el artífice del «encapsulamiento» hace dos años. Otras fuentes de la Junta hablan de «oasis de estabilidad». Marín se mostró más disgustado que Moreno, molesto incluso por lo que calificó como «ruido» al ser cuestionado por Vox. «Estamos ocupados en gobernar». «Vox bastante tiene con preocuparse de ellos mismos», indicó. Marín señaló que compartió con los 21 diputados naranjas estas decisiones, que señaló como «compartidas», saliendo al paso de la división en la formación. «El grupo está cohesionado», defendió. Moreno también habló con Casado, con quien también hay tensiones orgánicas a cuenta de los congresos provinciales. El presidente andaluz aludió a que las «circunstancias son muy distintas a las de Andalucía» en Madrid. Marín explicó que el Gobierno andaluz está «en minoría» y todo indica que más tras los roces por el pin parental y ahora con la petición de Hernández del adelanto electoral. La Junta aprobó a finales de diciembre los Presupuestos de 2021 y contaba con la opción de prorrogar las cuentas para desmarcarse de Vox de cara a los comicios.
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