Política
El «miedo» del alcalde fue el germen del «esperpento» de Granada
El círculo de Hervías niega que urdiera nada. El PSOE da a Salvador 72 horas para dimitir o iniciará contactos para registrar una moción de censura
Retorcer la realidad para adaptarla a una horma no siempre resulta una operación exitosa, como contemplar al enemigo y quedarse quieto, atrincherado en un punto, no suele ser una opción para vencer ninguna batalla. El Ayuntamiento de Granada capital vive desde hace nueve días una situación difusa, al gobernar la ciudad dos personas: el alcalde, Luis Salvador, y su único edil afín, ascendido a primer teniente de alcalde, José Antonio Huertas, ambos de Ciudadanos (Cs), tras la salida de la corporación del resto de los miembros de la propia formación naranja y de los del PP. Hay quien ha señalado como urdidor de ese movimiento en bloque al ex secretario de Organización de Cs, ahora en las filas populares, Fran Hervías, si bien fuentes de su entorno aseguran a LA RAZÓN que él «no ha tenido nada que ver» con lo sucedido, al hallarse «totalmente al margen» de esa crisis y apuntan que, «por no tener, no tiene ni el teléfono móvil de ningún concejal de Granada».
Aseveran, como otras fuentes del PP andaluz, que «la estrategia y la decisión» sobre los pasos a seguir en aquel enclave del mapa andaluz «competen única y exclusivamente al PP granadino». Lo que sí confirman desde el círculo de Hervías es un relato que él ha defendido públicamente. Se ha llegado al punto que atraviesa la corporación local por una decisión de última hora que atribuyen a Salvador. Hervías, entonces del lado naranja, «cerró cuatro años» para Cs en la Alcaldía en el arranque de la legislatura «con el PP a nivel nacional», en un reparto que incluyó otras plazas del país, pero al regidor «le entró el miedo de que no lo apoyaran» y selló, «la misma mañana de la investidura», un pacto con Sebastián Pérez, ex popular y edil no adscrito en estos momentos, para turnarse con él dos y dos. Un acuerdo que habría trabajado «a escondidas», «a espaldas de la dirección nacional de Cs» y que convirtió «el de los cuatro años en papel mojado». De testigos estaban, dicen «todos los concejales de PP y Cs», más «trabajadores de ambos partidos que estuvieron en aquella conversación».
Más allá del origen del «problema» al que achacan la «paralización» del consistorio, el portavoz del Grupo Municipal Popular, César Díaz, ha hecho hoy un llamamiento a «recomponer» la alianza de «centro derecha» que posibilitó un Ejecutivo de coalición en el ayuntamiento, pero para permitir en esta ocasión que al frente se ponga el PP. Fuentes de ese partido, aunque no del grupo municipal, han trasladado a este diario que las peticiones de Salvador para colocarse a un costado pasan, entre otras cuestiones, por que «se cree una Vicealcaldía» en la que pueda permanecer y por que «se le garantice un puesto en la lista» de esa formación para las próximas elecciones. Hay quien apunta incluso al «número 1».
Otros sondeados, de Granada esta vez, recuerdan que «en ningún momento se le ha dicho» al dirigente de Cs que «se marche de la corporación o que renuncie a su acta», pero le instan a tomar conciencia de que «los apoyos que tuvo hace dos años se han esfumado». Creen que todo lo relacionado con «quién va a ser alcalde, el reparto de áreas de las concejalías, con si hay una Vicealcaldía estilo Madrid –la que ostenta Begoña Villacís–, o el peso que tendrán PP y Cs en el nuevo Gobierno se puede debatir».
El mensaje oficial del PP, en cualquier caso, es que hay que «desatascar cuanto antes la situación y garantizar la gobernabilidad porque dos personas no pueden llevar una ciudad como Granada con el peso poblacional y político que tiene», para lo que, entienden, «es necesario que el regidor dé un paso al lado», si quiere que se «respete» la coalición de gobierno PP y Cs .
Desde la izquierda ha llegado otra «solución». El Grupo Municipal del PSOE ha dado un plazo de 72 horas a Salvador para que dimita y se pueda constituir otro Ejecutivo, o iniciará contactos con el resto de formaciones, a excepción de Vox, y con los ediles no adscritos para presentar una moción de censura. El encargado de verbalizarlo ha sido el portavoz de los socialistas y ex al alcalde de la capital, Francisco Cuenca, quien no ha descartado la posibilidad de un Gobierno de concentración integrado por PSOE, el partido que ganó los últimos comicios municipales, y por el PP.
Fuentes socialistas han lamentado que la ciudad esté viviendo «una anomalía democrática», un «esperpento», aunque saben que «les falta la firma 14» para poder ejecutar su plan. Tienen 10 concejales, a los que podrían sumar los tres de Unidas Podemos, pero aún así necesitarían otro más para poder registrar la moción. El resto de la corporación está formada por seis ediles del PP, tres de Vox y tres no adscritos, Pérez y dos que componían el grupo de Ciudadanos. El vicepresidente de la Junta y líder de los naranja en la región, Juan Marín, ha instado al PSOE a dejar de «amenazar» y a presentar la moción de censura, de acuerdo a lo reflejado por Ep. Los socialistas no lo ven imposible.
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