Medio Ambiente
“La Revolución Verde” de Moreno, un proyecto en proceso
Tras el anuncio electoral, una de las leyes estrella del mandato de Moreno no se aprobó en el Parlamento por sólo dos días
El Gobierno del cambio ha estado marcado por diferentes estrategias a lo largo de la legislatura, desde la reducción fiscal a la digitalización de la Administración. Pero si por algo ha tratado de caracterizarse los casi cuatro años de mandato popular ha sido por el estímulo que se le han dado a las políticas medioambientales en la comunidad.
Una de las primeras medidas que llevó a cabo el Gobierno de Juanma Moreno fue la unión de la agricultura y el medio ambiente en una única consejería con el objetivo de conectar a los entes del sector primario “que mejor cuidan del campo”. Junto a ello, la ganadería también ha sido pieza clave, tal y como han demostrado a lo largo de la legislatura y se escenifica ahora con la última foto del líder popular andaluz con su “amiga y talismán” la vaca Fadie, a la que conoció en los comicios de 2018 en una explotación cordobesa y que ahora ha vuelto a visitar para que le de “la misma suerte que hace cuatro años”.
También la pesca y la caza tienen especial protagonismo, siendo esta última especialmente relevante en términos económicos y políticos. Esta materia, en la que rivalizan PP y Vox para conseguir un mayor número de votos en elecciones, emplea a más de 45.000 personas en Andalucía, de las que 12.000 son empleos directos. Así, el sector cinegético es un motor fundamental para las zonas rurales, genera 71 millones de euros de beneficios directos y constituye la tercera actividad deportiva con más licencias. De hecho, una de las últimas medidas de Juanma ha sido bonificar las licencias de caza para impulsar esta practica en la comunidad.
Por otro lado, Andalucía es una de las comunidades autónomas más afectadas por el cambio climático, por lo que este Gobierno ha tratado de darle total visibilidad desde el primer momento y poner sobre la mesa políticas como el desarrollo de la Ley del Cambio Climático, que entre otras cuestiones, ha dotado de herramientas a los ayuntamientos para que aprueben sus planes de calidad de aire en el marco de las políticas de cambio climático que proceden de la Unión Europea. En este sentido, Europa ha reconocido las buenas prácticas de la Junta de Andalucía en materia ambiental a través del Plan Andaluz de Acción por el Clima y los proyectos de carbono azul.
En todo este proceso, Moreno ha abanderado la llamada Revolución Verde, que ha tenido como máxima expresión la creación de la Ley de Economía Circular en Andalucía (LECA), unbuque insignia que ha naufragado antes de zarpar. Tras las numerosas tempestades que ha atravesado, el Proyecto de Ley culminó su tramitación en comisión con los apoyos de Ciudadanos y PSOE, de forma que solo faltaba un último viento a favor para poder ser aprobada como ley, pero el líder popular anunció el adelanto electoral en la comunidad y por dos días -los que faltaban para el Pleno- no pudo salir a flote esta ley estrella.
Esta legislación tiene como objetivo fomentar el consumo responsable, luchar contra la obsolescencia programada; así como reducir los residuos para hacer frente a los retos medioambientales, sociales, económicos y tecnológicos a los que nos enfrentamos. Asimismo, pretende contribuir al crecimiento económicos sostenible y la generación de empleo en la comunidad. Sin embargo, se ha quedado en papel mojado, por lo que sería una de las asignaturas pendientes de la próxima legislatura si el PP vuelve a reeditar su mandato.
Junto a esta normativa, los populares le han dado total protagonismo a la política de aguas con una inversión de 1.500 millones de euros repartidos entre depuración de aguas, mantenimiento de presas, obras de abastecimiento y una apuesta por las aguas regeneradas. Es tanto el protagonismo que ha recibido esta partida, que incluso ha superado el presupuesto de fondos europeos destinado a las políticas hídricas, que asciende a 1.400 millones de euros.
Quizás porque el agua es un recurso base para la economía o porque la agricultura representa un 11% del PIB en la comunidad andaluza y un 10% del empleo, lo cierto es que el candidato popular a presidir la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha anunciado una “revolución del agua” en la próxima legislatura que va acompañado de un segundo plan de aguas regeneradas y un plan forestal con una dotación de 300 millones anuales.
Parece que el debate medioambiental ha calado en la comunidad y el PP andaluz quiere aprovechar el tirón para continuar con su política reformista en aras de un futuro mejor y más sostenible para todos. Sin embargo, este asunto no es baladí y ha contado con alguna que otra polémicadurante el mandato como es la Proposición de Ley sobre la regulación de nuevos regadíos en el entorno del espacio natural de Doñana, que incluso ha llegado a la Eurocámara.
Los tres partidos que presentaron la iniciativa (PP, Cs y Vox), con la abstención del PSOE-A, defienden que no afecta al Parque Natural, que no se amplían los regadíos y que solo se trata de dar solución a un problema enquistado durante años para los agricultores del Condado de Huelva; mientras que la izquierda y los ecologistas denuncian que aumentará en casi 1.500 las hectáreas de riego y que afectará al acuífero de Doñana. Además, PSOE -pese a no votar en contra- y Unidas Podemos tildaron de “engaño” a los agricultores de la zona con “una propaganda barata” cuando saben que no podrá cumplirse.
En general, esta Revolución Verde de la que tanto se habla ha tenido sus luces y sus sombras, que van desde la no aprobación de un proyecto estrella a la sucesión de cambios internos dentro de la Dirección General y la Secretaria General de Medio Natural, Biodiversidad y Espacios Protegidos de la Junta de Andalucía.
Asimismo, en un contexto de dificultades económicas y sociales, no podía faltar una problemática añadida como es la sequía, para la que se han aprobado un par de decretos de sequía y medidas urgentes que han tenido buena acogida. Sin embargo, a pesar de que muchas inversiones han beneficiado a gran parte de los afectados, desde algunos colectivos y particulares existe un cierto descontento por el desequilibrio de las inversiones realizadas en materia de sequía, ya que la parte de la Cuenca Mediterránea Andaluza, que depende de la comunidad, ha contado con más inversiones; mientras que la Cuenca del Guadalquivir, que depende del Gobierno central, ha tenido menos ayudas a pesar de ser la zona más afectada. Por ello, muchos agricultores de la campiña de Sevilla se está teniendo que ir a Cádiz al no haber agua en su zona y, por tanto, no poder cultivar.
Retos medioambientales del futuro
En definitiva, la comunidad andaluza se enfrenta a muchosretos a corto y medio plazo como el nuevo modelo de sostenibilidad que propone Bruselas y que podría afectar a la rentabilidad de las organizaciones agrarias o la nueva Política Agraria Común (PAC) para el periodo 2023-2027, que tiene como objetivo aumentar la contribución de la agricultura a los objetivos climáticos y medioambientales de la UE, entre otras cuestiones.
Así, el futuro medioambiental de Andalucía pasará por la aplicación de políticas que tengan como eje principal el desarrollo sostenible, una premisa incluida en el Estatuto de Andalucía y a la que todos los partidos deben sumarse. La clave estará en encontrar el equilibrio entre las políticas conservacionistas del entorno de izquierdas y otras más reformistas, como la citada Ley de Economía Circular.
Por su parte, si Moreno revalida esta segunda legislatura, parece que tiene varios frentes abiertos, entre los que se encuentra retomar una promesa que hizo cuando estaba en la oposición y que ahora se ha convertido en un proyecto al que dar continuidad.
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