Literatura

Los manuscritos del “amor oscuro” de Lorca ven la luz

Todos los especialistas en el escritor consultados por Inglada se inclinan por Rodríguez Rapún como destinatario de esos versos

El editor malagueño Rafael Inglada posa con los "Sonetos del amor oscuro"
El editor malagueño Rafael Inglada posa con los "Sonetos del amor oscuro"Jorge ZapataAgencia EFE

Los “Sonetos del amor oscuro”, las palabras con las que García Lorca aludía a unas relaciones homosexuales no toleradas por la sociedad de su tiempo, ven ahora la luz en una edición que por primera vez los reúne acompañados de la reproducción facsimilar de los manuscritos del poeta granadino. ”Aunque hablamos de una época de libertades como la de la segunda República, existía una sociedad que evidentemente eso no lo aceptaba, porque era algo mal visto desde hacía siglos”, afirma en una entrevista con EFE el editor malagueño Rafael Inglada, que ha publicado estos poemas en su colección “Arroyo de la Manía”.

Precisa que Lorca nunca plasmó en vida por escrito ese título del “amor oscuro”, pero “sí lo utilizó de viva voz, y se sabe por personas que le escucharon recitarlos que llamaba así a estos poemas”. Aunque no tienen una dedicatoria expresa, parece que quien inspiró estos sonetos, o al menos casi todos ellos, fue Rafael Rodríguez Rapún, que fue actor, secretario de la compañía teatral La Barraca y futbolista del Atlético de Madrid, además de mantener una tortuosa relación sentimental con el poeta. Todos los especialistas en Lorca consultados por Inglada se inclinan por Rodríguez Rapún como destinatario de esos versos, aunque puede que un poema en concreto, sobre la “ciudad encantada de Cuenca”, pudo estar dedicado a Juan Ramírez de Lucas, el último amante del poeta, quien le llamaba “el rubio de Albacete”.

”¿Te gustó la ciudad que gota a gota labró el agua en el centro de los pinos? ¿Viste sueños y rostros y caminos y muros de dolor que el aire azota? ¿Viste la grieta azul de luna rota que el Júcar moja de cristal y trinos? ¿Han besado tus dedos los espinos que coronan de amor piedra remota?” rezan los primeros versos de ese soneto. Además de publicarse individualmente algunos de estos poemas en revistas y otras publicaciones, se editaron por primera vez los once juntos en Francia, ya con el título “Sonetos del amor oscuro”, en las obras completas de Lorca que presentó André Belamich en 1981.

En 1984 también se publicaron en conjunto, esta vez con el discreto título de “Lorca, sonetos de amor”, quizás “porque la familia del poeta no quiso titularlos con el amor oscuro, que es como se deberían haber titulado, porque es como Lorca siempre aludió a esos poemas”, según Inglada. Ahora ven la luz por primera vez al completo y acompañados de los manuscritos originales, en los que se aprecia el membrete del hotel Victoria de Valencia, donde Lorca viajó el 9 de noviembre de 1935 para asistir al estreno de “Yerma” por Margarita Xirgu. Esos manuscritos, consultados por Inglada en el Centro Federico García Lorca de Granada, donde se conservan, revelan un carácter ciertamente caótico del poeta, con una caligrafía a veces de difícil lectura y llena de tachaduras.

”Lorca empezaba un libro y después lo dejaba a medias, se entusiasmaba con un proyecto y a continuación lo abandonaba. Así fue toda su obra, tanto en poesía como en prosa”, afirma el editor. Por ello, ha sido ardua la tarea de transcribir estos borradores, que ha cotejado con ediciones anteriores y respecto a las que ha corregido algunos errores, por ejemplo de puntuación ”Me he basado en lo que escribió Lorca y he querido ser lo más riguroso posible en la edición. No me puedo inventar admiraciones que no existen, como en otras ediciones. Es verdad que Lorca a veces abría admiraciones y no las cerraba, y esas sí las he cerrado, para que el lector tenga una lectura más cómoda”, explica Inglada.

Además de estos once poemas y de un soneto inconcluso (“¡Oh cama del hotel! ¡oh dulce cama! Sábana de blancuras y rocío. ¡Oh rumor de tu cuerpo con el mío!...), esta edición incluye, también en facsímil, los apógrafos manuscritos de algunos de estos sonetos, que conservaba Lorca entre sus papeles. Se desconoce la mano que copió los poemas lorquianos, aunque después de cotejarlos con manuscritos de Vicente Aleixandre, de Rafael Rodríguez Rapún o de Rafael Martínez Nadal, Inglada apuesta por la hipótesis de Aleixandre. ”Me puse en contacto con Alejandro Duque Amusco, un gran especialista en la obra de Vicente Aleixandre, y me dijo que podrían haber sido escritos por él, aunque había algunas mayúsculas que no se parecían a las suyas”, apunta el editor. Este cuaderno se suma así a la colección “Arroyo de la Manía”, que en este número amplía su tirada habitual de solo cincuenta ejemplares hasta los 75, dado el interés que ha levantado el libro, que promete convertirse en una pieza codiciada para coleccionistas y bibliófilos.