Energía

Placas solares para garantizar la supervivencia de 3.000 animales marinos en Almería

“Pueden dar aproximadamente un 20 % de consumo de forma autónoma”, señalan desde el acuario de Roquetas de Mar

Visitantes contemplan un tanque del Aquarium Costa de Almería, en Roquetas de Mar. EFE/Carlos Barba
Visitantes contemplan un tanque del Aquarium Costa de Almería, en Roquetas de Mar. EFE/Carlos BarbaCarlos BarbaAgencia EFE

La subida de la factura eléctrica no sólo afecta a los seres humanos, también pone en peligro a animales como los 3.000 ejemplares de agua dulce y salada del Aquarium Costa de Almería, que ahora han encontrado en la energía solar un aliado para su supervivencia.

“Debido a la continua subida del precio de la luz, ya que no sabemos cuándo va a terminar esto, se ha tomado la decisión por parte del consejo de administración del Aquarium Costa de Almería de implantar placas solares en el acuario, para intentar reducir lo máximo posible el consumo de luz”, explica su director, Enrique Fernández, en una entrevista con EFE.

“Las placas nos pueden dar aproximadamente un 20 % de consumo de forma autónoma. El resto, el 80 % vamos a tener que seguir dependiendo de una compañía eléctrica. El acuario tiene una facturación diaria de más de 800 euros de luz con las últimas subidas que ha habido”, añade.

Algo que ha provocado que una de sus últimas facturas eléctricas haya sido de unos 26.000 euros. El año pasado, la del mismo mes fue próxima a los 6.000 euros. “Si esto sigue así, el futuro del acuario, realmente, peligra”, insiste Fernández.

Y es que el director incide en que el acuario es casi “un ser vivo”. “En el acuario no podemos tener apagado de luz en ningún momento, porque se morirían los animales. Con lo cual, no podemos reducir el consumo de luz adecuándonos a los horarios más económicos del día”, precisa.

Enrique Fernández, director del Aquarium Costa de Almería. EFE/Carlos Barba
Enrique Fernández, director del Aquarium Costa de Almería. EFE/Carlos BarbaCarlos BarbaAgencia EFE

En los dos millones y medio de litros de agua que mueve el Aquarium Costa de Almería, conviven más de 300 especies y más de 3.000 individuos. “Es un recorrido por el ciclo del agua, empezando por agua dulce; pasando por el gran río Amazonas; mares tropicales con los pececitos de colores; el océano, dónde están los tiburones, y finalmente la sala Mediterráneo”, señala Fernández.

En cada una de estas salas se encuentran especies representativas de estos hábitats, que permiten dar al visitante una “visión global” de lo que aquí llaman el “ciclo del agua”.

QUÉ LLAMA LA ATENCIÓN A LA GENTE

“Todo el mundo viene pensando en el tiburón, porque en nuestro acuario se puede bucear sin tener titulación de buceo. Hay una jaula especial dónde te puedes meter a partir de los ocho años con un instructor y vas a tener un contacto, prácticamente de tú a tú, con el tiburón. Pero, curiosamente, cuando el visitante sale, lo que más recuerda es el tocar las rayas. El estar con esos simpáticos animales que se dejan acariciar, que vienen a conocerte”, revela.

Pero Fernández insiste, un acuario no es sólo una empresa o un simple reclamo turístico. “No es un sitio al que ir a ver peces, en el que pagas tu entrada y alguien gana dinero. No, ese dinero es revertido, por ley, a investigación, conservación y educación. Y eso lo tenemos que cumplir todos los acuarios y zoológicos de España porque, si no, nos quitarían la licencia para poder seguir abiertos”, recuerda.

“Hay que conocer los sitios, hay que venir a verlos. Y después opinar. La labor pedagógica que estamos haciendo con todos los colegios. Este año han pasado por nuestras instalaciones más de 10.000 alumnos de la provincia de Almería, a los que se les ha dado ‘in situ’ una visión de los ecosistemas y de lo mal protegidos que están algunos”, manifiesta.

Algo especialmente importante, porque a estos pequeños, que “son los hombres del futuro”, reciben valores sobre la conservación del medio ambiente. “Eso, si no existieran sitios como los acuarios y los zoológicos, sería muy difícil de conseguir”, concluye Fernández.