
Innovación
Aplican 'nanotubos' para aumentar la eficacia y resistencia de los antibióticos
Estos avances buscan mejorar la seguridad y eficacia de estos sistemas para la administración de medicamentos

Un equipo de investigación de las Universidades de Huelva y de Sevilla y del Hospital Universitario Virgen Macarena ha utilizado 'nanotubos' de carbono para la administración de antibióticos y aumentar de esta forma su eficacia y su resistencia.
Estas estructuras, un millón de veces más finas que un cabello, actúan de manera más precisa en el foco de la infección y aumentan la duración del efecto, ha informado este domingo la Junta de Andalucía en un comunicado.
Su puesta en marcha supondría además un avance contra la resistencia bacteriana al facilitar una entrega más eficiente del principio activo.
'Cefepime' y 'Meropenem' son dos antibióticos de la familia de la penicilina utilizados en infecciones bacterianas de cierta gravedad como neumonías, meningitis o septicemia.
Deben administrarse por vía intravenosa y su acción dura entre una y dos horas en el flujo sanguíneo, lo que provoca que tengan que dosificarse frecuentemente y por tanto que las bacterias adquieran resistencia con rapidez.
Los expertos han propuesto una aplicación diferente de estos fármacos, con la que se logra que la dosis actúe más eficazmente durante 24 horas logrando así un mayor rendimiento y una reducción en la frecuencia de administración.
Efectos más rápidos
En el trabajo, financiado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, Fondos FEDER y el Proyecto PAIDI P20-01234, los investigadores definen sus ensayos con líneas celulares animales y humanas y señalan cómo el uso de nanotubos contribuye a que la infección se reduzca con mayor rapidez.
El proceso conocido como 'adsorción física' permite unir el antibiótico a la superficie del nanotubo sin modificar químicamente el medicamento.
"Gracias a su tamaño diminuto, resistencia y ligereza, estos nanotubos pueden usarse como pequeños contenedores para transportar medicamentos dentro del cuerpo y liberarlos poco a poco en el lugar donde se necesitan", ha indicado el investigador de la Universidad de Huelva Manuel López.
De esta manera, comprobaron que al incorporar los antibióticos en nanotubos de carbono mediante adsorción física se logran mejoras significativas en su desempeño.
En primer lugar, se redujo la concentración mínima inhibitoria (MIC), es decir fue necesario emplear menos cantidad de medicamento para frenar el crecimiento bacteriano.
Además, se prolongó el efecto terapéutico, ya que el fármaco permaneció activo durante más tiempo en el organismo gracias a una administración más controlada.
Esta distribución sostenida permite mantener niveles constantes del medicamento, lo que no solo mejora su eficacia, sino que también disminuye la frecuencia de las dosis y reduce el riesgo de generar resistencia bacteriana.
Aunque los resultados confirman su aplicación médica, los expertos deben continuar sus investigaciones más allá de las líneas celulares para evaluar la 'citotoxicidad' y la capacidad de los nanotubos para entregar antibióticos sin dañar células sanas.
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