Medioambiente

El censo de aves acuáticas de Doñana en mínimos históricos esta invernada: solo hay 70.000

El vicedirector de la Estación Biológica advierte que el pacto entre Gobierno y Junta «no tendrá efectos a corto plazo»

Flamencos en la Madre de las marismas del Parque Natural de Doñana
Flamencos en la Madre de las marismas del Parque Natural de DoñanaEP

El pasado noviembre, la Junta de Andalucía y el Gobierno de España alcanzaron, tras muchos escollos, un gran pacto por Doñana con el que salvaguardar, en la medida de lo posible, esta joya medioambiental de los estragos de la sequía y del cambio climático.

La parte más importante del acuerdo, y también la más polémica, es la de reconvertir los suelos agrícolas de la zona en forestales a cambio de ayudas económicas a los agricultores, de hasta 100.000 euros por hectárea.

«Es una medida que llevamos reclamando décadas para la conservación del Parque, pero es solo el principio de la solución», apunta el investigador científico del CSIC y vicedirector de la Estación Biológica de Doñana, Javier Bustamente, que pide que el pacto alcanzado entre Gobierno y Junta no se quede «en una declaración de intenciones». Aunque «celebra» el acuerdo, Bustamente se muestra escéptico: «Ahora estamos viendo las consecuencias de la extracción irracional de agua del acuífero durante años y años, y aunque se suspendiera completamente, tardaríamos décadas en recuperar el ecosistema». ¿Notaremos rápido el Pacto por Doñana? «Desde luego que no», responde tajante el investigador, ya que, «también influyen las predicciones climáticas».

Debido a la conjunción de factores, cambio climático y desecación del acuífero por la agricultura intensiva, «Doñana ya nunca más volverá a ser lo que era, se convertirá en otro tipo de ecosistema, menos rico y diverso». «En la época de los romanos era un lago, ahora una marisma y en 80 o 90 años cambiará de nuevo porque es un ecosistema dinámico, pero ya no volveremos a ver más la Doñana de hace 30 años», prevé Bustamante.

Este invierno Doñana tiene pocas zonas inundadas. Las escasas lluvias caídas en noviembre, diciembre y enero no han sido suficientes para percibir cambios. «El poco agua que ha caído se ha infiltrado porque la tierra está muy seca y dañada, así que no queda casi nada en superficie», advierte el investigador. Al no haber zonas inundadas, la población de aves acuáticas tan característica de este humedal se resiente.

Bustamente expone al respecto que, en el último censo aéreo de la Estación Biológica de Doñana de diciembre, solo se contabilizaron 70.000 aves de 31 especies, el peor dato en 40 años: «Esto es solo un 10% de lo que se ha llegado a ver en un año bueno», afirma.

Preocupa especialmente la situación del ganso, una de las especies más representativas del humedal. «En diciembre se contabilizaron unos 4.000 cuando lo normal es que su población llegue hasta los 70.000», alega el vicedirector de la Estación Biológica.

No obstante, especifica que la reducción de la población de esta y otras especies en Doñana no se debe solo a la situación del acuífero, también a problemas más globales que afectan a otras zonas y que están relacionadas con el cambio climático.

Otras de las aves acuáticas en serio peligro de desaparición de Doñana, según el último informe de Seo Bird Life, es la cerceta pardilla, el fumarel común y el porrón pardo, la malvasía cabeciblanca, y la garcilla cangrejera.