Elecciones 23J

El PP confía en la participación para consolidar su ventaja

El principal temor es que la seguridad de la victoria «desincentive» a su electorado

El voto por correo está siendo protagonista en las últimas jornadas de la campaña electoral
El voto por correo está siendo protagonista en las últimas jornadas de la campaña electoralEuropa Press

La ley D´Hont, el sistema electoral por el que se asignan los escaños en España, se caracteriza, en términos generales, por primar al partido político que más votos recibe y perjudicar la división en el caso de que dentro de un mismo espectro político se presenten distintas opciones. En ambas cuestiones coinciden los expertos electorales, aunque ha habido momentos puntuales en distintos comicios a lo largo de la historia en los que no se ha desarrollado una traslación exacta de ambos principios.

El método ordena los resultados electorales de mayor a menor y se calcula el porcentaje de cada uno sobre el total de votos válidos, teniendo en cuenta los votos en blanco. Precisamente, para evitar la fragmentación, existe un mínimo de votos necesarios para entrar en ese posible reparto: en el caso de las elecciones generales este umbral es el 3% de las papeletas.

El siguiente paso es trasladar a una tabla tantas columnas como número de escaños están en juego en esa circunscripción –en cada provincia hay un número de diputados predeterminado– y completar cada columna con el número de votos de cada candidatura dividido por los escaños en juego hasta completarla, asignándose a los coeficientes más altos, en orden decreciente.

En la práctica, habrá votos que no sirvan para conseguir un escaño, bien porque no han superado el umbral del 3 por ciento, bien porque el coeficiente final quede por debajo del número de congresistas que se disputan.

En cualquier caso, de cara a las elecciones generales del próximo domingo, el PP parte como favorito en Andalucía y, todas las encuestas, incluido el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) lo sitúa como la lista más votada. Eso se traduce en que una alta participación podría facilitarle un respaldo más amplio en Andalucía, de ahí que una de las preocupaciones dentro del PP andaluz es que el calor, la fecha elegida y la probable victoria «desincentiven al electorado».

La comunidad autónoma es clave en las elecciones generales. Es la región que más diputados al Congreso reparte desde los primeros comicios. Entre 1977- y 1982 estaban en juego 59 diputados; 60 en 1986; 61 en 1989 y 1993; 62 en las elecciones de 1996 y el año 2000; y 61 diputados desde 2004 hasta la actualidad.

Por ponerlo en perspectiva, la segunda comunidad autónoma que más diputados aporta al Congreso es Cataluña con 47; en la Comunidad de Madrid se deciden 36; y en la Comunidad Valenciana 33.

Andalucía también es la que elige a más senadores, 9, por 8 de la Comunidad de Madrid y los 7 que decide Cataluña.

La participación en las elecciones generales en Andalucía suele ser alta, más aún cuando históricamente ha coincidido con las autonómicas. Los únicos años en los que no coincidieron fue en 1990 y en las cuatro últimas: 2012, 2015, 2018 y 2022.

Fue en la última repetición electoral, el 10 de noviembre de 2019, cuando se registró la participación más baja en unas elecciones generales en la región: un 65,9%. En las otras catorce celebradas en Andalucía desde el inicio de la democracia (1977, 1979, 1982, 1986, 1989, 1993, 1996, 2000, 2004, 2008, 2011, 2015, 2016 y abril de 2019) nunca se ha bajado del 68% –salvo la repetición electoral de 2016, que se quedó en el 66,1%) ni ha superado el 79% –78,8% en 1982–.

Las elecciones generales tienen más tirón que las autonómicas, donde siempre vota menos gente. En las últimas elecciones andaluzas, celebradas el 19 de junio de 2022, la participación fue del 56,13% y pese a que el PP obtuvo su actual mayoría absoluta, con un incremento leve de la participación hubiera incluso obtenido algún escaño más.