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Arqueología

La cripta del Patio de Banderas abre para mostrar los primeros 2.000 años de Sevilla

El Guadalquivir llegaba hasta el actual Alcázar y el Atlántico hasta las proximidades de la cripta

La cripta arqueológica del Patio de Banderas, junto al Alcázar de Sevilla y a la sombra de la Giralda, abrirá al público desde el próximo martes 16 de septiembre para mostrar restos relacionados con los primeros 2.000 años de la ciudad, desde el siglo IX antes de Cristo hasta el XI de nuestra era.

Las visitas se efectuarán los martes, jueves y sábados de cada semana, mediante cita previa que podrá solicitarse en la web del Real Alcázar de Sevilla, serán guiadas y sólo para quince personas, número máximo de las pueden estar al mismo tiempo en este espacio subterráneo, según ha anunciado a EFE el delegado de Hacienda del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Bueno.

El suelo de la cripta se halla a seis metros bajo el suelo del Patio de Banderas, espacio histórico que antecede a la puerta del Apeadero del Alcázar y cuyo acceso por la Plaza del Triunfo enmarca en un arco la Giralda, en una de las vistas más reproducidas de Sevilla.

La cripta, a la que se accede por una escalera horadada en el propio patio, ocupa algo más de cien metros cuadrados de los 700 que fueron excavados entre 2009 y 2014, según ha explicado a EFE el arqueólogo Miguel Ángel Tabales, que dirigió todos aquellos trabajos y lleva treinta años investigando en el Alcázar de Sevilla y zonas aledañas.

El mar y el río se movieron

Profesor de la Universidad de Sevilla y coordinador del Servicio de Investigaciones del propio Alcázar, Tabales ha explicado que el espacio y los restos conservados en la cripta pueden parecer modestos a primera vista por no haber ningún mosaico u otra pieza destacada de orden museístico, pero que sin embargo es un espacio sumamente didáctico. En efecto, los visitantes se encontrarán con los restos de las columnas de una galería porticada y los sillares de los muros de un edificio público romano de carácter portuario, del siglo I antes de Cristo, cuando el río Guadalquivir llegaba hasta las proximidades del actual Alcázar y su cauce ocupada la actual Avenida de la Constitución, principal arteria del casco histórico de Sevilla.

En el siglo IX antes de Cristo era el Atlántico y no el río el que se hallaba próximo al lugar de la cripta, ha señalado Tabales, quien ha asegurado que en estos restos se aprecian los efectos del maremoto que destruyó buena parte de la Sevilla romana en el siglo III después de Cristo y cómo este espacio ya no se habitó hasta el siglo V, bajo el cristianismo, de ahí los restos de un monasterio visigodo que se conservan en este mismo lugar. "También refleja cómo las ciudades van cambiando en cada periodo histórico", ha añadido el arqueólogo al referirse a los diferentes estratos y a cómo -tal y como puede observarse en el corte interior de la cripta- los restos urbanos y domésticos de un periódico sostienen físicamente los de otro posterior.

Restos arqueológicos "empaquetados"

"Pocos lugares permiten la visualización de dos mil años de historia, que además son los primeros dos milenios de la ciudad de Sevilla", ha señalado el arqueólogo sobre esta cripta que desde 2015 ha estado abierta a visitas científicas o especializadas y que ahora se abre por primera vez al público, con pase gratuito para los sevillanos.

El resto de los 700 metros cuadrados que fueron excavados en el Patio de Banderas fueron "empaquetados" convenientemente, en algunos casos con estructuras de madera, para ser rellenados con poliuretano y garantizar su conservación antes de ser cubiertos de nuevo. La idea inicial fue conectar el espacio de la cripta con el Real Alcázar y con alguna de las de las casas que conforman el rectángulo cerrado del Patio de Banderas, en alguna de las cuales se conservan restos del periodo islámico.