Las consecuencias

Doñana le explota a Pedro Sánchez antes de las elecciones

La delegación alemana no visitará el parque, mientras crece la indignación en todo el sector por el perjuicio reputacional al que ha contribuido el Gobierno

Pedro Sánchez continúa con la misma estrategia infructuosa de cara a las elecciones generales del próximo 23 de julio que ya siguió en las elecciones autonómicas andaluzas de junio de 2022 y que retomó en los comicios municipales y autonómicos del pasado mes de mayo. Una hoja de ruta que pasaba y sigue pasando por azuzar el miedo a la ultraderecha que representa Vox, vincular al Partido Popular con el negacionismo climático y situar la conservación del Parque Nacional de Doñana como gran asunto nacional y europeo para contraponer el modelo verde y ecologista de su propuesta frente a las políticas de la derecha que, según su criterio, ponen en peligro el medio ambiente. En esa tesitura de división a través de la simplificación del mensaje, el Gobierno de Sánchez ha abrazado incluso la campaña contra la fresa de Huelva iniciada por la red «Campact!», una organización alemana con fuerza en el país que apuesta, entre otras cosas, por una lucha activa contra el cambio climático y sus consecuencias.

El hecho de que tanto el presidente del Gobierno como la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se hayan hecho eco en redes sociales de esta campaña contra la fresa de Huelva ha provocado un masivo rechazo de la provincia, con peticiones incluso de dimisión a la vicepresidenta tercera del Gobierno. «Es como si un ministro alemán pidiera no comprar productos Volkswagen en España», asegura uno de los máximos dirigentes empresariales onubenses del sector a este periódico.

En ese contexto, la delegación de la Comisión de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección del Consumidor del Bundestag alemán ha decidido suspender su visita a Andalucía prevista para esta semana y en la que iban a tener la oportunidad de conocer de primera mano cómo se produce la fresa en el entorno de Doñana.

La visita de los parlamentarios alemanes iba a tener efectos contraproducentes para la estrategia socialista en Doñana porque todo el sector, así como los alcaldes de la zona, veían contraproducente soliviantar más los ánimos sobre el terreno.

Solo hace falta recordar que en la campaña de las municipales, Pedro Sánchez visitó la Reserva Biológica de Doñana sin la compañía de ninguno de los alcaldes socialistas de la zona. El resultado final es conocido: tras el 28 de mayo, el PP gobernará la Diputación de Huelva por primera vez en la historia tras obtener mayoría absoluta, poniendo fin a uno de los bastiones históricos del socialismo andaluz donde han gobernado durante 40 años.

En ese contexto, no parecía muy apropiada la visita de los parlamentarios alemanes, que, finalmente se limitó a mantener ayer un encuentro con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, en la sede del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, así como con el secretario general de Consumo y Juego del Ministerio de Consumo, Rafael Escudero. Curiosamente, según declaró posteriormente la ministra Ribera, «no se habló de Doñana», sino de eficiencia, de los planes hidrológicos, de reutilización y de los problemas que se identifican en un contexto de cambio climático.

En un comunicado, la delegación de la Comisión de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección del Consumidor del Bundestag (Parlamento) alemán destacó que las relaciones hispano-alemanas se basan en un «intenso intercambio a todos los niveles» y se caracterizan por un profundo respeto mutuo por las instituciones y los procesos democráticos del otro país.

Por ese motivo, y «en vista de la gran importancia política que los temas del viaje han adquirido en los últimos días de cara a las próximas elecciones nacionales españolas», la Comisión decidió «renunciar por el momento a su viaje a Andalucía largamente planeado».

En cualquier caso, los empresarios del sector onubense no disimulan ya su enfado. La campaña de la fresa en Huelva ya está finalizando y se ha desarrollado con los mismos estándares de calidad de los últimos años. La proposición de ley de regadíos que supuestamente ha provocado está polémica, no está aprobada, se está debatiendo en el Parlamento de Andalucía y, por tanto, no ha cambiado la configuración actual del territorio ni los derechos de aguas actuales –que son competencia del Gobierno de España a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir–.

La patronal Interfresa, tras conocer la decisión de los diputados alemanes, mostró su satisfacción y los emplazó para una visita una vez que la situación política esté más relajada. Esta organización recordó que la fresa y los frutos rojos producidos en Huelva cumplen con las certificaciones y los protocolos internacionales más exigentes que demandan los supermercados europeos para la gestión responsable del agua en los cultivos. De hecho, el 100% de las fresas y los frutos rojos exportados cuenta con la certificación «Spring» de GLOBALG.A.P IFA para cultivos, que avala a productores y comerciantes en la gestión legal, eficiente y responsable del agua que usan para el riego.

También apuntaron que los propios supermercados alemanes exigen esta certificación y que en el resto de Europa también lo piden los británicos, los franceses o los suizos.

La campaña para poner el foco en Doñana le ha vuelto a salir mal al Gobierno de España.