Iniciativa
Eventos sostenibles, un salto reputacional para empresas y mucho más
La Junta crea una herramienta que ayuda a frenar el cambio climático y promover la economía local y la inclusión
La Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul ha creado una herramienta «útil y sencilla» para el cálculo de la huella de carbono de actos como conciertos, grandes eventos deportivos, actuaciones corporativas de empresas y de las propias administraciones, entre otros, que permite conocer el impacto que tienen las diferentes fases de su celebración y establecer un punto de partida para elaborar planes de mejora para la reducción de emisiones de CO2 y colaborar en la lucha contra el cambio climático. El objetivo final se dirige a la consecución de eventos sostenibles, que son aquellos que garantiza el menor de los impactos en el medio ambiente y tiene un legado positivo en la sociedad. «Estos eventos no solo generan una menor emisión de CO2, sino que promueven la economía local, la inclusión y la igualdad de oportunidades», señalan desde la consejería.
La realización de un evento sostenible apoya la economía y empleo local; favorece la agricultura y ganadería ecológica y extensiva; supone un ahorro de dinero al disminuir los consumos, servicios y materiales; fomenta la igualdad e inclusión social; reduce su impacto negativo en el medio ambiente y genera una concienciación ambiental en la sociedad; e inspira la innovación y creatividad tecnológica y de gestión al buscar alternativas más sostenibles y eficientes.
Compensaciones
Todo evento tiende a tener un impacto tanto positivo como negativo, por ello muchas organizaciones intentan reducir esos impactos negativos y exigen a sus proveedores que sean empresas locales, que calculen sus emisiones o que integren medidas de sostenibilidad. Algunas de estas van más allá hasta conseguir ser neutros en carbono, compensando aquellas emisiones que no se pueden evitar. Para que cualquier tipo de evento sea considerado como sostenible debe serlo desde el punto de vista ambiental, social y económico.
La Oficina Andaluza de Cambio Climático ha publicado un Protocolo para promover estos cálculos en las celebraciones de eventos de todo tipo en la Comunidad Autónoma, haciendo uso de unos criterios de cálculo, alcances y factores de emisión comunes a todos los solicitantes. La huella de carbono (se expresa en toneladas de CO2 equivalente) permite conocer el impacto que tienen las diferentes fases de la celebración de un acto sobre el medio ambiente, y en concreto, sobre su contribución al cambio climático. A partir de este indicador, los organizadores y empresas participantes del evento pueden establecer un punto de partida que les permita elaborar planes de mejora para la reducción de esas emisiones.
Esta herramienta de cálculo organiza el grueso de la información en torno a las cuatro fases: materiales, montaje, celebración y desmontaje. A ello se suma una pestaña con los datos generales del evento, un informe final de resultados y una serie de anexos. La calculadora identifica los factores de emisión que les aplica y calcula acto seguido las emisiones correspondientes. El resultado, las emisiones de gases de efecto invernadero, se expresan en toneladas de CO2 por participante.
Su aplicación puede incidir de manera positiva en el aumento y mejora de la gestión de los eventos, en post de conseguir que sean lo más sostenibles posible, contribuyendo con ello de manera positiva en sus objetivos empresariales a través de la mejora de la reputación, liderazgo, diferenciación y posicionamiento en el mercado, la optimización de procesos, eficiencia y aprovechamiento de oportunidades de ahorro o la anticipación al cumplimiento normativo.
Responsabilidad social
En el contexto de eventos, las empresas y organizadores deben evaluar y reducir su huella de carbono, integrando prácticas sostenibles en todas las fases del evento. Desde el punto de vista de la responsabilidad social, un plan de reducción de emisiones demuestra un compromiso activo con la sostenibilidad, lo que puede ser percibido positivamente por la comunidad, los participantes del evento y otras partes interesadas.
Las medidas van orientadas al ahorro de recursos, mejorar la imagen de la marca y avanzar en innovación. En resumen, establecer un plan de reducción de emisiones en los eventos no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también puede tener impactos positivos en la reputación, la eficiencia operativa y la sostenibilidad a largo plazo.
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