Tribunales

Ante el juez por cazar jilgueros de forma furtiva en la Alpujarra de Granada

El hombre, de 63 años, fue sorprendido por una patrulla en Cherín-Ugíjar e intentó huir tirando una jaula de doce pájaros vivos y sin anillar

Imagen de archivo de unos jilgueros capturados de forma furtiva
Imagen de archivo de unos jilgueros capturados de forma furtivalarazonIcal

La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial a un cazador furtivo de jilgueros que fue sorprendido por una patrulla en Cherín-Ugíjar, en la Alpujarra de Granada, e intentó huir tirando una jaula de doce pájaros vivos y sin anillar.

Según ha informado este cuerpo armado, el investigado es un hombre de 63 años que se encontraba cazando ilegalmente jilgueros en el paraje natural del río Cherín y fue sorprendido por una patrulla.

Los agentes habían recibido un aviso de otro guardia civil fuera de servicio sobre la presencia de un posible cazador furtivo próximo al río y comenzaron una batida hasta localizarlo.

Al verse sorprendido por la patrulla, el hombre inició la huida a pie por la ribera del río sin hacer caso a las indicaciones para detenerse y arrojó una jaula dentro de una bolsa de tela a un cañizal del lateral del camino.

Cuando los guardias civiles cogieron la jaula, vieron que contenía en su interior doce jilgueros vivos y sin anillar, de los que el cazador no aportó datos sobre su procedencia.

Los agentes revisaron la zona del lecho del río y observaron la presencia en paralelo de dos redes de suelo abatibles de caza para aves fringílidas y una bolsa de materiales para su uso.

Por otro lado, además, este individuo había colocado dos jilgueros como reclamo: uno atado por sus patas a una correa, llamada pihuela, y colocado en una percha en medio de ambas redes, y otro en una jaula sobre una caña en una zona a tres metros de las redes.

El objetivo de este método de caza es que otros pájaros acudan al reclamo de los anteriores y queden atrapados.

Además, el hombre carecía de permiso para la captura, tenencia o cría de aves fringílidas, entre las que se encuentran especies como el jilguero, el verderón común o el pinzón común, que es obligatoria en Andalucía como medida de protección de la fauna silvestre.

Las aves han sido devueltas a su hábitat natural y el hombre ha pasado a disposición judicial por un delito contra la flora y la fauna.