Innovación
«Platero» vigila el campo andaluz desde el espacio
Este nanosatélite cuantifica el impacto del cambio climático
Afrontando los retos del cambio climático desde la tierra y el espacio. El programa «Smart Food-Life Watch» traspasa las fronteras de Andalucía y ya ha llegado al espacio desde la base de Vandenberg (Estados Unidos), con la puesta en órbita del nanosatélite «Platero», un dispositivo aeroespacial de diez kilogramos que permitirá captar imágenes y datos cotejados con sensores terrestres y flotantes para obtener un diagnóstico actualizado y real sobre la situación del campo y del mar en Andalucía, además de cuantificar el impacto del cambio climático en los sectores agrario y pesquero. El lanzamiento de esta herramienta es una iniciativa de la Agencia de Gestión Agraria y Pesquera de Andalucía (Ágapa), con el respaldo del consorcio europeo LifeWatch ERIC y la colaboración de la Universidad de Córdoba, la Universidad de Málaga y el CeiA3. «Platero» se presenta como el primer proyecto de innovación tecnológica de Andalucía en materia de nanosatélites, cuya puesta en valor se centra en su capacidad para capturar imágenes a través de una cámara multiespectral de última generación y volcar datos en tiempo real en una plataforma única, a fin de contrastar la información con los datos obtenidos a partir de sensores terrestres y flotantes que utilizan la tecnología de observación del Internet de las Cosas (e-IoT). De esta manera, desde el Gobierno autonómico se pretende poner a Andalucía a la vanguardia tecnológica de los desarrollos de la agricultura 5.0 y contar con herramientas punteras que permitan elaborar informes con datos más precisos y procesables que puedan influir en las decisiones de la Unión Europea, a favor del campo andaluz y, al mismo tiempo, avalar el compromiso que se tiene con la producción ecológica y el desarrollo sostenible de los sectores agrario, pesquero y silvícola.
El nanosatélite, lanzado recientemente desde la capital andaluza, orbita a 560 kilómetros de altitud y realizará una vuelta completa sobre Andalucía cada dos días, teniendo su centro de control en el Parque Dunar de Matalascañas (Huelva). Precisamente, la vinculación de esta importante herramienta tecnológica con la provincia de Huelva, y en concreto con el entorno de Doñana, le llega por el papel que juega esta provincia en el proyecto y por su denominación, que sirve de reconocimiento al gran poeta de Moguer, Juan Ramón Jiménez. Precisamente, el nombre de «Platero» fue elegido entre una terna por parte de los escolares andaluces. Para elegir el nombre se distribuyó una encuesta online entre los alumnos de los institutos incluidos en el Programa para la Innovación Educativa Aldea, en el que colaboran las consejerías de Agricultura y Desarrollo Educativo y Formación Profesional.
La estructura de «Platero» está formada por seis tubos de diez centímetros cada uno y varias cámaras de alta precisión. Además, está conectado con sensores, globos de sonda y otros nanosatélites para la extracción de datos de medición como, por ejemplo, la calidad ambiental, la temperatura, los flujos y los tipos de suelos, entre otros.
El proyecto de innovación tecnológica tiene un presupuesto de casi 5 millones de euros y está diseñado para avanzar en los procesos de digitalización del campo y del mar en Andalucía, donde ya se están instalando sensores en las ocho provincias y se adelantan labores de monitorización a través del proyecto Smart Agrifood Summit.
En definitiva, este proyecto tiene como objetivo establecer protocolos estandarizados para el seguimiento, cuantificación y evaluación de la biodiversidad mediante la integración de datos en abierto. Para ello, el objetivo final, según la Junta, es ofrecer herramientas y entornos de trabajo colaborativos para la comunidad investigadora, poniendo asimismo la información y aplicaciones desarrolladas a disposición de los distintos usuarios finales que participan en el sector primario.
Los nanosatélites, también conocidos como «cubesats», ofrecen la posibilidad de complementar, con objetivos y misiones más concretas, la información ofrecida por los satélites tradicionales, como es el caso de la constelación Sentinel. Además, el diseño más liviano de este tipo de satélites a «pequeña escala», representa una ventaja operativa y económica.
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