Historia

El héroe del 2 de mayo que era de Sevilla y su curiosa relación con los leones del Congreso

Defensa traslada los actos desde la Plaza de la Gavidia a la base del Copero

El monumento a Daoíz en Sevilla
El monumento a Daoíz en SevillaCEU

Uno de los héroes del 2 de mayo es sevillano y cuenta con monumento en la capital hispalense en la Plaza de La Gavidia donde nació. Según recoge la Consejería de Turismo, Deporte y Cultura de la Junta de Andalucía Luis Daoíz nació en Sevilla en 1767, "de familia aristocrática. Ingresó como cadete en el Real Colegio de Artillería de Segovia, llegando al grado de segundo teniente con sólo veinte años de edad". Junto a Velarde, Daoíz participó de manera activa en el levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses el 2 de mayo de 1808, germen de la guerra de la Independencia.

Daoíz es también una de las doce estatuas que coronan el Palacio de San Telmo.

"Su bautismo de fuego fue en la defensa de las plazas norteafricanas de Ceuta y Orán entre 1790 y 1792. En 1794 participó en la guerra del Rosellón contra la Francia revolucionaria, siendo hecho prisionero. Tras ser liberado, participó en 1797 como artillero naval en la defensa de Cádiz contra la armada inglesa. Después de participar en dos viajes por América como oficial artillero en el navío San Ildefonso fue destinado al Tercer Regimiento de Artillería de Sevilla", recoge la Junta de Andalucía.

Daoíz "estuvo comisionado en la Real Fábrica por sus conocimientos científicos y matemáticos. En 1807 fue destinado a Madrid, siendo nombrado Comandante de la batería situada en el Parque de Artillería. Allí vivió la invasión francesa, poniéndose el día 2 de mayo, junto con Pedro Velarde, al frente de la resistencia popular. En la lucha recibió varias heridas de bayoneta, muriendo esa misma noche".

El monumento

La Fábrica de Artillería fue la protagonista de la construcción del monumento conmemorativo a D. Luis Daóiz, héroe del 2 de mayo de 1808, que se levantó en la sevillana plaza de la Gavidia unos años antes de la conmemoración del centenario del levantamiento contra los franceses, recoge la Consejería de Cultura.

Esta iniciativa partió del Alcalde de la ciudad, D. Fernando Varea Torrealba, acogiendo la idea del Comandante General de Artillería del Distrito, D. Francisco Espinosa. El Ayuntamiento suplicó al Rey autorización para la fundición de la escultura en la Real Fábrica de Artillería, pagando la corporación municipal todos los gastos de la misma, a excepción hecha del bronce necesario, que debía ser facilitado por el Cuerpo de Artillería. Consultado el Coronel Director de la Fundición, Augusto Plasencia, informó favorablemente el 30 de enero de 1884, sumándose entusiasta a la idea. El proyecto fue finalmente autorizado por Real Orden de 22 de julio de 1884, de acuerdo con el Consejo de Ministros.

Para ello se propuso aprovechar el modelo y buena parte del material que sirvió para la confección de la estatua del capitán D. Pedro Velarde, erigida en la plaza de la Dársena de Santander, y efectuada por la fábrica de Trubia en 1877.

Se formó una Comisión de seguimiento de los trabajos, compuesta por D. Gregorio Pérez Viniegra y D. Antonio Collantes, por parte del Exmo. Ayuntamiento; D. Claudio Boutelou, Vicepresidente de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia; y por los Jefes de Artillería D. Miguel Velarde, D. Augusto Plasencia, Conde de Santa Bárbara, y D. Rafael Halcón y Villasís, Conde de Peñaflor.

La Comisión desistió finalmente, a comienzos de 1885, de la idea de reutilizar el material utilizado para la estatua de Velarde. El modelado de la escultura y de los bajorrelieves del pedestal fue encargado finalmente, mediante concurso convocado al efecto, al escultor Antonio Susillo y Álvarez, quien la concluyó a primeros de noviembre de 1887.

El dos de mayo de 1888, “aniversario de la heroica muerte del capitán Daóiz”, se procedió a la fundición de la escultura en la Fábrica de Artillería, en presencia de numerosas personalidades y autoridades civiles y militares, levantándose acta notarial del evento.

El 14 de noviembre de ese mismo año se elevó al Rey nueva solicitud por el Ayuntamiento, en los mismos términos de la primera, para la fundición de la verja que había de rodear el pedestal del monumento, lo que se concedió igualmente por Real Orden de 10 de noviembre de 1888. La verja está formada por 16 cañones, apoyados en tres balas esféricas cada uno, que se unen con escobillones y atacadores, herramientas de los artilleros de la época, formando una reja continua. Su precio ascendió a 8.500 pesetas.

El monumento fue finalmente inaugurado el 2 de mayo de 1889, en una solemne ceremonia ciudadana, según explica la Consejería de Cultura.

El Archivo General de Andalucía recoge la historia de "La fundición de Daóiz y Velarde: los leones guardianes del Congreso de los Diputados".

"Con la llegada al poder del partido progresista, en 1843, se proyecta la construcción de un edificio nuevo como sede de las Cortes, ubicado sobre el solar que ocupaba el Convento del Espíritu Santo, primera sede de las Cortes. Para ello se escogió el proyecto neoclasicista del arquitecto valenciano Narciso Pascual Colomer", señala el documento consultado por LA RAZÓN.

"Las obras se iniciaron el 10 de octubre de 1843 y fue inaugurado 7 años después por la reina Isabel II, el 31 de octubre de 1850. El proyecto dispuso un pórtico protegiendo las grandes puertas de bronce y una monumental escalinata de entrada, flanqueada a los lados por dos podios. Sobre ellos se colocaron inicialmente dos farolas artísticas, que tuvieron una escasa existencia y pronto fueron retiradas de esta ubicación. Para sustituirlas se optó por la ejecución de una obra escultórica que conjugara la calidad artística con una fuerte carga simbólica en consonancia con el significado del edificio. Para ello se encargaron al escultor aragonés Ponciano Ponzano (1813-1877) –quien ya había esculpido el frontón de la fachada- dos estatuas que representaran a dos leones, uno para cada pedestal. El león era el animal que tradicionalmente había representado a la nación española", prosigue el documento.

Luis Daoíz
Luis DaoízAcademia de las Ciencias y las Artes Militares

"En sus bocetos, Ponzano ideó la figura de dos poderosos leones sedentes con una de sus patas apoyadas sobre un orbe. La mala situación económica no permitía su

ejecución en materiales nobles, por lo que el artista tuvo que utilizar yeso pintado imitando al bronce. La poca calidad de este material provocó que al año de estar a la intemperie los leones presentaran gran deterioro, decidiéndose su sustitución por otros de un material más idóneo. Tras desecharse los labrados en piedra por el escultor José Bellver, a causa de su pequeño tamaño, se adoptó finalmente la decisión del vaciado en bronce de los ori ginales de Ponzan", explica el Archivo Histórico de Andalucía.

La participación de la fundición sevillana comenzó en marzo de 1864, cuando se recibió una comunicación del Director General de Artillería anunciando la idea de

fundir los leones con el bronce de los cañones capturados por el General Leopoldo O´donnell a las tropas rifeñas-marroquíes en la batalla de Wad-Ras, en la Guerra de Marruecos de 1859-1860. Con ello se salvaba el problema económico que suponía el alto coste de este metal. Este origen quedó inmortalizado en las propias esculturas, pues en su base quedó grabada la inscripción “FUNDIDOS CON CAÑONES TOMADOS AL ENEMIGO EN LA GUERRA DE ÁFRICA”.

En noviembre de 1864 llegaron a Sevilla desde Madrid los moldes de yeso de las dos esculturas, embalados en 10 cajones. El embalaje no cumplió satisfactoriamente su función protectora, ya que uno de los leones llegó a Sevilla “destrozado”. El coste del transporte fue de 8.250 reales, y el peso de los moldes era de 1.012 y 6.294 kilogramos, respectivamente, señala el Archivo Histórico.

Un operario utiliza agua a presión para limpiar uno de los leones del Congreso, este martes | Fuente: EFE/ Chema Moya
Un operario utiliza agua a presión para limpiar uno de los leones del Congreso, este martes | Fuente: EFE/ Chema MoyaChema MoyaAgencia EFE

HOMENAJE

En Sevilla se rinde homenaje a Daoíz el 2 de mayo pero este año los actos han sido mínimos frente a la escultura de Antonio Susillo. Defensa trasladó los honores al sevillano Luis Daoíz desde la Plaza de la Gavidia a un acto privado en la base del Copero.