Biodiversidad

Gran Canaria frente al “efecto serpiente”: el impacto de una especie invasora dispara las alarmas

Sin veneno pero con un apetito voraz, la culebra real de California se ha convertido en una plaga imparable en Gran Canaria, donde su avance diezma los reptiles autóctonos y provoca un alarmante aumento de insectos

Este es el plan que tiene Baleares contra las culebras invasoras
Frente a esta situación, las autoridades han impulsado el proyecto «Stop Culebra Real»iStock

Un aumento descontrolado de insectos está alterando la vida en Gran Canaria. Las poblaciones de moscas se han multiplicado en un 84,1 %, las de chinches han experimentado un crecimiento extraordinario del 319,4 % y las de hormigas se han disparado un 106 %. Cifras que no son una anécdota, sino el síntoma más visible de un grave desequilibrio ecológico que amenaza con tener consecuencias directas sobre la agricultura y la salud pública en la isla.

Detrás de esta explosión demográfica de invertebrados se esconde una causa devastadora: sus depredadores naturales han desaparecido de la cadena trófica. El lagarto gigante de Gran Canaria, la lisa grancanaria y el perenquén de Boettger, tres especies de reptiles endémicos que mantenían a raya a los insectos, están siendo diezmados hasta casi su extinción por un enemigo que no pertenece a este ecosistema.

El responsable de este desastre ecológico es una culebra originaria de California, la Lampropeltis californiae. Este ofidio no venenoso, detectado por primera vez en 1998, logró establecerse de forma definitiva en el territorio insular en 2007. Desde entonces, su expansión ha sido implacable, convirtiéndose en una de las especies invasoras más dañinas, tal y como han publicado en National Geographic España - Últimas noticias. Aunque este ofidio no es venenoso, su impacto ecológico evidencia los peligros de las especies exóticas, lo que lleva a preguntarse si, en un contexto más amplio, una serpiente puede matarte en España y qué riesgos reales existen.

Una tormenta perfecta para el invasor

De hecho, el caso de Gran Canaria es único en el mundo, pues no hay constancia de que esta serpiente se haya asentado con tanto éxito en ningún otro lugar del planeta. Su triunfo se debe a una combinación fatal de factores: un clima idóneo durante todo el año, una fuente casi inagotable de alimento y, sobre todo, la ausencia total de depredadores que puedan limitar su avance.

Frente a esta situación, las autoridades han impulsado el proyecto «Stop Culebra Real», una iniciativa gubernamental que persigue gestionar y frenar su expansión. Los esfuerzos de control y captura se intensifican especialmente entre los meses de marzo y julio, coincidiendo con el periodo reproductivo de la serpiente, un momento clave para intentar mitigar su impacto en el medio natural.

No obstante, los expertos del CSIC advierten de que las consecuencias a largo plazo podrían ser todavía peores. El descontrol de las poblaciones de insectos no solo amenaza con generar plagas que arruinen los cultivos locales, sino que también abre la puerta a la aparición de nuevos brotes de enfermedades transmitidas por estos animales, poniendo en jaque tanto la economía como la sanidad de la isla.