Animales

Inquietud y preocupación por la aparición de conejos 'zombies' con cuernos y tentáculos: miles podrían morir por esta enfermedad

Protuberancias oscuras en conejos de Colorado han captado la atención y motivado la explicación de las autoridades estatales

Plaga de conejos
Plaga de conejoslarazonAgencia EFE

En el norte de Colorado (EE. UU.), una imagen inusual ha captado la atención de los observadores: conejos silvestres que presentan protuberancias negras en la cabeza, con aspecto de cuernos o tentáculos. Este inusual desarrollo se ha identificado como el resultado de una infección por el papiloma de Shope.

No obstante, se ha confirmado que este patógeno no representa un riesgo de contagio para otros mamíferos ni para los seres humanos, lo que disipa cualquier preocupación inicial sobre su posible transmisión a otras especies o a las personas. Tal y como aseguran desde Colorado Parks Wildlife, han querido que se mantuviera la calma, aunque existe una cierta inquietud y preocupación por la especie como tal.

Así las cosas, este particular fenómeno abre la puerta a un conocimiento más profundo sobre la biología de estos animales y la historia de un virus ya conocido.

Un virus de casi un siglo

Tal y como recoge el medio National Geographic, el virus del papiloma de Shope fue identificado por primera vez en 1930 por el profesor Shope. En sus inicios, este virus afectaba exclusivamente a los conejos de cola blanca, pero con el tiempo ha ampliado su alcance y ahora impacta por igual a las tres subespecies de conejos de cola de algodón que residen en Colorado: los de montaña, los de desierto y los del Este.

Por otro lado, la propagación de esta enfermedad suele ocurrir principalmente durante los meses de verano, transmitiéndose a través de picaduras de insectos. Aunque las protuberancias generen una apariencia llamativa, la enfermedad no se considera grave en la vida silvestre, y las lesiones suelen desaparecer solas, salvo que impidan al animal alimentarse o ver. No obstante, cabe destacar que esta afección viral resulta más severa en conejos domésticos en comparación con sus congéneres silvestres.

Por otra parte, si bien estas condiciones virales despiertan interés, una amenaza de calado y más directa se cierne sobre la población de conejos. Se estima que aproximadamente 50.000 conejos de cola de algodón perecen anualmente a causa de la caza humana, una cifra que subraya la interacción más letal con nuestra especie.

En otro orden de cosas, la visibilidad de estos conejos con protuberancias se ve acrecentada por su comportamiento natural, dado que los conejos silvestres en Colorado muestran una clara preferencia por habitar en los centros urbanos y sus alrededores, una estrategia para evitar a los depredadores más habituales de los bosques. En definitiva, estos 'conejos cornudos' demuestran la diversidad natural y, aunque su aspecto resulte chocante, no entrañan peligro para las personas ni para la mayoría de los mamíferos.

Esta situación subraya que la coexistencia entre el ser humano y la fauna urbana requiere observación y respeto, pues las actividades humanas tienen un mayor impacto en la vida silvestre.