
Animales
Es uno de los animales más tontos del planeta, y ahora está afrontando la extinción: quieren evitarlo
La gripe aviar se acerca al último continente virgen y Nueva Zelanda emprende una carrera contrarreloj para vacunar a sus especies más vulnerables, como el loro kākāpō, antes de que la catástrofe sea inevitable

Mientras una cepa de gripe aviar altamente patógena, la H5N1, ha provocado la muerte de decenas de millones de aves silvestres a lo largo y ancho del planeta, Oceanía se mantenía como el último continente libre del virus. En este frágil santuario, Nueva Zelanda alberga tesoros biológicos como el kākāpō, el loro más gordo del mundo y del que quedan menos de 250 ejemplares. La llegada del patógeno a sus costas podría suponer la estocada final para esta y otras especies endémicas.
Ante este escenario tan delicado, el país ha decidido adelantarse y acaba de completar con éxito un ensayo pionero para vacunar a algunas de sus aves más vulnerables. La investigación se ha centrado en el uso de una vacuna diseñada para aves de corral, la H5N3, que fue administrada a ejemplares de cinco especies en peligro crítico de extinción. Los resultados han sido esperanzadores, pues cuatro de ellas desarrollaron una notable respuesta de anticuerpos que se mantuvo durante un periodo de al menos seis meses, abriendo así una nueva vía para la protección activa de su fauna.
Por su parte, el Gobierno neozelandés ha establecido como objetivo prioritario vacunar a las poblaciones que se encuentran en programas de cría en cautividad, una estrategia que confirman en The Guardian. La idea es crear una suerte de arca de Noé genética que asegure la supervivencia de estas especies si el virus finalmente se desata en la naturaleza. Esta preocupación, además, no es exclusiva de Nueva Zelanda, ya que su vecina, Australia, también se está preparando para la posible llegada de la gripe aviar, destinando fondos y organizando sus propios ensayos. El papel de los centros de cría y zoológicos es crucial en estas estrategias de conservación, aunque a veces sus métodos sean objeto de debate, como el caso de un zoo de Dinamarca que pidió donaciones de mascotas para alimentar a sus depredadores.
Una estrategia pionera frente a la incertidumbre científica
De hecho, la estrategia de inmunización de la fauna silvestre cuenta con un precedente reciente en el extranjero. Durante el año 2023, en Estados Unidos se puso en marcha una campaña de vacunación de emergencia para proteger al cóndor de California, después de que el virus H5N1 acabase con la vida de 21 de estas majestuosas aves, una pérdida irreparable para una especie ya de por sí amenazada. Este tipo de intervenciones directas para salvar ejemplares son cada vez más necesarias, como demuestra también el caso de un oso que necesitó la ayuda de dentistas humanos para sobrevivir gracias a un tratamiento dental.
No obstante, el camino no está exento de desafíos y de una considerable incertidumbre. Uno de los principales escollos es que las vacunas disponibles pueden perder eficacia frente a las cepas del virus, que se encuentran en constante evolución. Asimismo, una parte de la comunidad científica ha expresado su inquietud ante la posibilidad de que una vacunación incompleta en la vida silvestre pueda, paradójicamente, acelerar la mutación del virus, dando lugar a variantes todavía más potentes y peligrosas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar