¿Quién dijo que para viajar a China hay que cruzar medio planeta? En la sociedad cada vez más globalizada en la que vivimos, la transversalidad de las diferentes culturas del mundo convergen en ciudades gigantes, como Nueva York o Londres, pero también en otras de menor tamaño. Por ello en Zaragoza también late un pedacito del país oriental.

Por el momento es una calle, pero de las más largas de la capital maña. En Las Delicias, su distrito más grande por demografía y, también, multiculturalidad, la conocida Marcelino Unceta ofrece hoy por hoy una inmersión única que transporta a la China más milenaria a través de sus olores, sabores, aromas y ancestrales tradiciones.

Costura asiática en Zaragoza

Así pues, en esta arteria que asciende desde la popular Avenida de Madrid y que muere en la elegante Duquesa Villahermosa, la comunidad china ha ido tejiendo un ecosistema apasionante y muy diferente a los mercados y negocios tradicionales de Delicias. Y es que además de los clásicos restaurantes chinos a los que todos podemos estar más o menos acostumbrados, se ha erigido una pequeña ‘Chinatown’ a la que no le falta de nada.

Porque caminar por la popularmente conocida como ‘calle Unceta’ es una experiencia auténtica que comienza en lo estético, por sus enigmáticos rótulos repletos de letras chinas, y sigue por una indefinida oferta de productos exóticos a la par de funcionales si entras y dejas llevarte por el gusto asiático. Por ejemplo, en Yihua Decoración la sorpresa no solo la dan muchos de sus artículos que a nosotros nos pueden parecer extraños, pues sus tenderos ofrecen un servicio muy especial de arreglos de ropa que une tradición e innovación.

Patatas fritas de pepino o algas marinas

Una calle en la que además de tiendas como la citada o incluso también parafarmacias asiáticas, hay sitio para un supermercado íntegramente chino. Indescriptible la amalgama de comestibles y bebidas propias que ofrecen, pero por ejemplo destaca uno de sus pasillos por estar dedicado exclusivamente al ramen, así como los inesperados sabores que ofrecen sus bolsas de patatas fritas. Las de pepino o la de alga marina son las más peculiares.

En este ‘ Chinatown’ que nada tiene que envidiar al neoyorkino también destaca una de las pocas pastelerías exclusivamente asiáticas que existen fuera del país nipón. La de ‘Unceta’ se llama Tianmimi, y es una pastelería que reta a nuestro paladares europeos: bizcochos de frutas desconocidas, galletas de mandioca y sésamo o sus panes dulces con toques de yuca, chocolate y caramelo son buena muestra de ello.

La calle más asiática de Zaragoza ofrece, también, relajación y cuidados de belleza. Así pues, tu experiencia oriental completa podría terminar con un buen masaje acompañado de uno de los muchos tratamientos ancestrales que estos centros de spa chinos pueden ofrecer al cliente. Además, si quieres un cambio de look, estos salones de estética prometen transformaciones inspiradas en las tendencias más chinescas de Pekín.