
El único aragonés
Francisco murió sin finiquitarlo: así va el proceso de rehabilitación del papa Luna
“Una deuda histórica de la Iglesia con Aragón”, dijo el presidente aragonés, Jorge Azcón, en su última visita al pontífice argentino

Entre la muerte del papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025, y la importante decisión del cónclave en el Vaticano sobre su sucesión, muchos de los feligreses aragoneses recuerdan con gran sensibilidad cómo la región aportó a la historia de la Iglesia Católica un papa con ADN aragonés: fue el célebre papa Luna.
Una figura históricamente cuestionada, que busca ahora ser dignificada y restituida por la Iglesia, en un tedioso proceso que ganó rapidez durante el mandato del pontífice latinoamericano, también el único hasta la fecha.
En buen camino
Porque el 600 aniversario del fallecimiento del papa Luna o Benedicto XIII, celebrado en 2023, marcó un punto importante de inflexión. El Ayuntamiento de Illueca, su municipio de nacimiento, aprovechó el momento para enviar una misiva a los prelados pertinentes con el fin de solicitar su apoyo en la recuperación de la su figura. La respuesta fue pronta, unánime y positiva. Y estos, a su vez, acordaron elevar una petición conjunta a la Congregación para la Doctrina de la Fe, interesándose formalmente por la rehabilitación de su papado.
“Después de estudiar el tema en una reunión de los obispos de la Provincia Eclesiástica de Zaragoza, comunicamos que hemos tomado el acuerdo de dirigirnos a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que tiene ya conocimiento del tema y la documentación necesaria”, redactaron entonces en una histórica carta para la comunidad aragonesa rubricada por el arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez; el obispo de de Huesca y Jaca, Eusebio Hernández; el de Tarazona, Julián Ruiz; el de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, y el de Teruel y Albarracín, Antonio Gómez.
Apoyo de Lambán y Azcón
Una iniciativa desde Aragón que se vio blindada por la Asociación Amigos del Papa Luna, con sede en Peñíscola, donde murió Pedro Martínez de Luna en 1423. Según ‘La Voz de Aranda’, Juan Bautista Simó -su presidente- remitió documentos históricos a la Santa Sede, que provocaron “una muy buena impresión” al entonces prefecto, el cardenal Luis Francisco Ladaria.
Pero el impulso civil en esta lucha todavía en curso también está siendo esencial. En 2022 y 2024, los presidentes del Gobierno de Aragón, Javier Lambán y Jorge Azcón respectivamente, fueron hasta el Vaticano para presentar a Francisco su apoyo a la causa. “Una deuda histórica de la Iglesia con Aragón”, sentenciaba entonces en segundo.
Con la reciente muerte del máximo representante de la Iglesia Católica, ahora la atención está puesta en las próximas decisiones del nuevo prefecto de la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, también argentino y religioso de confianza del Jorge Mario Bergoglio. Lo último que se sabe es que este ha solicitado al círculo católico aragonés documentación adicional sobre el papa Luna para seguir valorando la posible rehabilitación de su papel dentro del relato oficial de la institución espiritual.
El fin del del mandato del octavo soberano de la Ciudad del Vaticano y la esperanza abierta por esta petición entrelazan los caminos de dos papas separados por seis siglos: uno que claramente has marcado un presente ‘más abierto’ a los cambios sociales y otro que, tras tanta controversia histórica, busca definitivamente descansar en paz con la respetabilidad que le corresponde.
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