Pacientes

La primera inmunoterapia oral «revoluciona» el abordaje de la psoriasis y la artritis psoriásica

Frente a las terapias biológicas y los tratamientos tradicionales, apremilast actúa inhibiendo la fosfodiesterasa 4 (PDE4), una enzima que predomina en las células que intervienen en el proceso inflamatorio que conduce a estas dos patologías

Novedad para dos patologías autoinmunes
Novedad para dos patologías autoinmuneslarazon

Frente a las terapias biológicas y los tratamientos tradicionales, apremilast actúa inhibiendo la fosfodiesterasa 4 (PDE4), una enzima que predomina en las células que intervienen en el proceso inflamatorio que conduce a estas dos patologías

Para el tres por ciento de la población mundial –2,3 por ciento en España– que padece psoriasis no se trata de un mero problema estético, sino de una patología que puede aparecer en cualquier momento, incluso en la infancia, y que en los casos más leves conlleva una importante carga emocional que afecta a la vida diaria. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como «una enfermedad crónica, no contagiosa, dolorosa, desfigurante e incapacitante para la que no hay cura». Sin embargo, las novedades terapéuticas de los últimos años han supuesto un antes y un después para esta patología.

En este sentido, ya está disponible apremilast (comercializado como Otezla de la compañía Celgene), la primera inmunoterapia oral para pacientes con psoriasis moderada o con artritis psoriásica y cuyo original mecanismo de acción podría cambiar la forma de abordar estas dos enfermedades. El fármaco actúa inhibiendo la fosfodiesterasa 4 (PDE4), una enzima que predomina en las células que intervienen en el proceso inflamatorio que conduce a la psoriasis y a la artritis psoriásica. Mediante esta inhibición, consigue el aumento intracelular de los niveles de adenosinmonofosfato cíclico (AMPc), modulando la expresión de citoquinas inflamatorias que están involucradas en estas dos enfermedades.

Para el doctor Carlos Ferrándiz, catedrático de Dermatología de la Universidad Autónoma de Barcelona y jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, «en el caso de la psoriasis moderada, que no podemos tratarla con biológicos que están destinados para las formas moderadas-severas, necesitamos fármacos útiles por vía oral y que se puedan administrar de forma continuada, sin descanso, pero sin lesionar otros órganos. Además de clarear la psoriasis, que no deben agravar ni tener un impacto negativo en las comorbilidades asociadas». Por este motivo, apremilast cubre unas necesidades hasta ahora no cubiertas para estos pacientes.

Su eficacia y seguridad ha sido demostrada en los ensayos clínicos Esteem y Palace en los que han participado más de 3.000 pacientes. A este respecto, Ferrándiz afirma que «nos han mostrado un fármaco con un perfil de seguridad excelente que va a necesitar muy poca monitorización, lo que se traduce en un ahorro para el sistema sanitario, pero también para el paciente. Incluso, los estudios nos muestran que uno de cada tres va a alcanzar un PASI 75 (índice de blanqueamiento de lesiones en la piel), es decir, que va a mejorar la enfermedad en un 75 por ciento». El fármaco también ha demostrado eficacia en áreas tradicionalmente consideradas como rebeldes a los tratamientos como «las palmas y las plantas, el cuero cabelludo y las uñas. Además, su efecto sobre el prurito es muy rápido y a las dos semanas de tratamiento el picor asociado a la psoriasis se soluciona», añade.

El 30 por ciento de los afectados por psoriasis padece, además, artritis psoriásica, una patología de las articulaciones que cursa con dolor, hinchazón, calor, dificultad de movimiento de la articulación inflamada y, con el tiempo, posibilidad de deformación. En este sentido, el doctor Carlos González, médico adjunto del Servicio de Reumatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, explica que «cuando la psoriasis afecta a la cara o las manos, aunque la superficie sea poca, tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes y puede afectar a sus relaciones personales y laborales. La artritis psoriásica también puede ser una enfermedad invalidante para las personas que la padecen». Sin embargo, la llegada de este nuevo oral arroja luz para los afectados y, según González, «cambia el esquema de la enfermedad. Si lo que hacíamos antes era usar un fármaco anti-TNF tras un fallo de medicación como el metotrexato, ahora antes de llegar a esto, se podrá utilizar apremilast». Incluso, prosigue el experto, esta nueva terapia «cubre un espectro muy amplio de pacientes que no pueden usar metotrexato o ha sido ineficaz sin necesidad de utilizar fármacos subcutáneos o intravenosos».

Precisamente, el hecho de ser un fármaco oral para psoriasis y artritis psoriásica, otorga a los pacientes una mayor comodidad frente a otras terapias inyectables. «Si la forma de administración es subcutánea el paciente tiene que ir al hospital, recoger la medicación y, además, debe saber usarla lo que puede ser complicado y requerir la ayuda de algún familiar si el afectado tiene alguna afectación en las manos», concluye González.