
Turismo
Las cinco playas que parecen del Caribe pero están en Baleares
Cada una de las islas tienen playas con arena fina y aguas cristalinas pero hay algunas de ellas que destacan en especial, aunque durante la temporada turística ya están muy masificadas

Aguas turquesas, arena blanca, pinares al borde del mar y una luz característica de un filtro tropical. No hace falta cruzar el Atlántico para encontrar paisajes que bien podrían confundirse con los del Caribe.
Basta con viajar a las Baleares y dejarse llevar por la calma de sus calas más espectaculares. Pero en el archipiélago hay cinco playas que sorprenden por su belleza y que, si no fuera por los pinos y el murmullo del catalán o el mallorquín, podrían estar perfectamente en las Antillas.
Cala Macarella y Macarelleta (Menorca)
Son las joyas de la corona menorquina. Dos calas hermanas, separadas por un sendero de roca, rodeadas de acantilados bajos y con aguas que oscilan entre el azul celeste y el verde jade. Su arena blanca y fina, la ausencia de construcciones y su acceso limitado convierten este rincón en un auténtico paraíso. En temporada alta, conviene madrugar para llegar en autobús, ya que el acceso en coche está restringido.
Es Trenc (Mallorca)
Es Trenc sigue siendo uno de los grandes iconos del sur de Mallorca. Sus más de dos kilómetros de playa virgen, sin hoteles ni urbanizaciones a la vista, y el contraste entre la arena clara y las aguas transparentes hacen que muchos la comparen con playas del Caribe. A pesar de su fama, sigue conservando un espíritu natural que enamora a quienes buscan tranquilidad sin renunciar a la belleza.
Caló des Mort (Formentera)
Pequeña, recogida y encantadora, este rincón del sur de Formentera parece sacado de una postal y 'Caló des Mort' es, sin duda, una de las calas más fotogénicas de la isla. El mar se muestra en todos sus matices y la calma invita a pasar horas mirando el horizonte. No hay chiringuitos ni grandes servicios, pero sí una sensación de desconexión difícil de encontrar en otros destinos.
Cala Conta (Ibiza)
Famosa por sus atardeceres y por ese juego de islotes frente a su costa que aporta una belleza única. Cala Conta (o Platges de Comte, ya que agrupa unas cuantas playas cercanas las unas a las otras) tiene una de las aguas más limpias de toda Ibiza, con tonalidades que recuerdan a las de las Maldivas. Su acceso es sencillo y cuenta con varios restaurantes desde los que contemplar el sol caer sobre el mar. Eso sí, no es la más tranquila, especialmente en verano.
Ses Illetes (Formentera)
Probablemente, la playa más famosa de Baleares. Elegida año tras año entre las mejores del mundo, Ses Illetes combina arena blanca, dunas, aguas poco profundas y una vista directa al islote de Espalmador. Su nombre se debe a los pequeños islotes que salpican el horizonte y la protegen del viento. Aunque en temporada alta puede llenarse, sigue conservando ese aire salvaje que la hace tan especial.
En un archipiélago donde la costa es protagonista, encontrar playas de ensueño es relativamente fácil. Pero estos cinco arenales, con sus colores imposibles y su atmósfera de otro mundo, consiguen que uno se pregunte si no ha terminado, sin querer, en medio del Caribe.
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