Polémicas

Mofas por la decisión de retirar a los DJ's de beach clubs de Ibiza por "molestar a los peces y las aves"

Estos espacios, ubicados en enclaves privilegiados, han sido durante años la postal perfecta para quienes buscan ocio de calidad con un punto chill y exclusivo aunque poco a poco se han ido volviendo lugares para arrancar la fiesta

Nuevo beach club en Marbella
Una imagen de un beach club, foto de archivoCedida

La música en los beach clubs de Ibiza y Formentera se ha convertido en una de las experiencias más demandadas por los visitantes. La combinación de un DJ pinchando junto al mar, la gastronomía mediterránea y las puestas de sol únicas de las Pitiusas han creado un producto turístico que atrae cada temporada a miles de personas.

Estos espacios, ubicados en enclaves privilegiados, han sido durante años la postal perfecta para quienes buscan ocio de calidad con un punto exclusivo.

Sin embargo, lo que para muchos es parte de la esencia vacacional, para otros supone una fuente de molestias. En los últimos meses, la conselleria de Medio Ambiente del Govern balear ha intensificado su vigilancia sobre estos establecimientos, poniendo límites claros al volumen de la música y al tipo de actividades que se permiten en la primera línea de costa.

El debate del impacto ambiental

La medida, que obliga a los beach clubs a mantener la música mucho más baja, se fundamenta en estudios que alertan del efecto negativo del ruido sobre la fauna marina y las aves que habitan en los entornos naturales próximos a las playas.

Para el Govern, la saturación acústica no solo afecta a los vecinos, sino que compromete la preservación de ecosistemas frágiles que hacen de las islas un destino único.

La decisión ha generado un debate polarizado. Mientras asociaciones ecologistas y colectivos vecinales celebran el paso adelante en materia de conservación, los empresarios del sector advierten que se trata de una medida que puede restar atractivo a la oferta turística y reducir la competitividad de Ibiza y Formentera frente a otros destinos mediterráneos.

Sátira en redes sociales

El tema no ha tardado en llegar al terreno del humor en el campo digital. El creador de contenido @primo_high_five ha publicado un vídeo en tono de sátira que se ha viralizado en las redes sociales.

En él, una mujer que representa al Govern balear grita: «Os he dicho que no quiero la figura de DJ en ningún beach club más», mientras un pinchadiscos trata de explicar su papel. La pieza refleja con ironía el choque entre la administración y el ocio musical, y ha acumulado miles de reproducciones en apenas unos días.

Este tipo de contenido refuerza el interés que genera la polémica más allá de las islas, colocando a los beach clubs en el centro de la conversación pública y mediática.

¿Restricción o reinvención?

La pregunta ahora es si la limitación sonora se convertirá en una oportunidad para reinventar el modelo. Algunos empresarios creen que se podría apostar por un formato más enfocado en la gastronomía de calidad, el bienestar y la sostenibilidad, dejando la música en un segundo plano.

Otros insisten en que Ibiza sin DJs no se entiende, y que reducir el peso de la música es diluir la identidad de las Pitiusas como capital mundial de la electrónica.

Lo cierto es que el Govern balear parece decidido a mantener su línea de actuación, convencido de que el equilibrio entre turismo y conservación pasa por medidas como esta. Y mientras tanto, los beach clubs afrontan el reto de seguir siendo un símbolo de ocio en las islas, aunque esta vez con el volumen más bajo.