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Playa

La playa más salvaje y espectacular de España que aún es un secreto para muchos: el viento, la arena y el misterio se dan cita

Fotógrafos aficionados, tomad nota: este sitio os va a dejar sin batería... y sin palabras

La playa más salvaje y espectacular de España que aún es un secreto para muchos: el viento, la arena y el misterio se dan cita Princess Hotels

Si alguna vez soñaste con perderte en una playa que no parece de este mundo -una de esas donde el móvil no tiene cobertura, pero el alma sí se llena de paz-, apunta este nombre: Cofete. Esta maravilla natural al sur de Fuerteventura es el espectáculo más salvaje. Una declaración de intenciones. Un grito silencioso de la naturaleza que dice: “Aquí mando yo”.

Con casi 14 kilómetros de arena dorada que parecen no tener fin, rodeada de montañas que la vigilan como centinelas eternos, la playa de Cofete no es el lugar para clavar la sombrilla y pedir un mojito. No. Es el sitio para caminar, contemplar, dejarse azotar (amablemente) por el viento y quedarse con la boca abierta ante un paisaje que no sabe de filtros de Instagram porque no los necesita.

Un paseo entre dunas, pájaros y leyendas

Caminar por la orilla de Cofete es como entrar en un documental de la BBC narrado por David Attenborough. Aquí las olas rompen con fuerza, pero también lo hace el silencio. Las aves sobrevuelan el lugar, los cangrejos juegan al escondite entre las rocas, y si madrugas o te quedas al atardecer, el espectáculo de luces y sombras es digno de alfombra roja.

Fotógrafos aficionados, tomad nota: este sitio os va a dejar sin batería... y sin palabras. Cada ángulo parece haber sido diseñado para una postal. Cada rincón es un suspiro. Y si no eres de sacar fotos, tranquilo, tus retinas harán el trabajo por ti.

Cementerios en la arena y casas con pasado misterioso

Pero Cofete no solo es belleza natural. También tiene su toque de novela negra. Al borde de la playa, un pequeño cementerio rodeado por un humilde muro de piedra recuerda que aquí vivió (y murió) gente dura, de la que sabía convivir con el viento y la soledad.

Y si sigues explorando, a poco más de un kilómetro del caserío de Cofete -donde, por cierto, puedes parar a comer en su único restaurante-, te toparás con la Casa Winter. Esta villa, construida en los años 40 por un ingeniero alemán, Gustav Winter, está envuelta en rumores dignos de una serie de Netflix: que si fue refugio nazi, que si escondía pasadizos secretos… leyendas que hacen volar la imaginación de los visitantes y que, con suerte, algún día alguien se atreverá a confirmar (o no).

Cómo llegar sin perder la paciencia (ni el coche)

Eso sí, llegar a Cofete es toda una aventura. La playa está escondida en el Parque Natural de Jandía, y para alcanzarla hay que armarse de valor, paciencia y, preferiblemente, un todoterreno. Desde Morro Jable, el camino de tierra se mueve entre montañas durante unos 20 kilómetros que pueden parecer 200 si no te gusta conducir por pistas sin asfaltar. Pero, créenos: cada bache vale la pena.

No hay transporte público directo a la playa (lo salvaje no viene con comodidades), aunque una guagua valiente pasa dos veces al día por el caserío de Cofete. Para el resto de los mortales: coche de alquiler, agua, algo de comida y muchas ganas de aventura.