Los dos templos cántabros donde comer las mejores croquetas son estos

Dicen los expertos culinarios que un buen restaurante se mide por la calidad de sus croquetas. Y aunque pueda parecer una tontería, para nada. Hacer unas buenas croquetas no es tarea sencilla y hay que tener en cuenta muchos aspectos.

Para que una croqueta tenga sabor la bechamel tiene que tener algo más que mantequilla y harina, es por eso que es muy importante decidir qué productos vas a añadir a esta salsa que es la base de una buena croqueta. Las de jamón son las más conocidas, pero hay mil recetas distintas y cada vez triunfan las opciones más arriesgadas: trufa, queso, cecina, setas, calamares en su tinta, buey, mejillones, huevo duro...

Las croquetas son uno de esos platos que nunca fallan y que son perfectos para acompañar un vermú, un entrante en una comida o en una cena, y que suelen encantar a los más pequeños de la casa. Otro de los aspectos que tienes que tener en cuenta para valorar la calidad de una croqueta es el rebozado, que tiene que ser fino y crujiente, aguantar bien la bechamel pero sin restarle sabor.

Hoy te descubrimos los que son considerados los dos templos de la croquetas de Cantabria, lugares que nunca fallan si te gusta esta tapa y si la quieres disfrutar. ¿A qué sitios tienes que ir para comer las mejores croquetas de la tierra?, pues a estos dos; uno, a Croquetas Ricas, en Santander y dos, a Don Bocarte, en Santoña.

De otro planeta

En Croquetas Ricas encontrarás este manjar absolutamente delicioso. Son croquetas que en su interior tienen una bechamel fina, que se hace trabajándola durante horas a fuego lento y con los mejores ingredientes. Además tienen servicio a domicilio, así que si no te apetece salir de casa puedes hacer el pedido y disfrutarlas en casa. "De las mejores que he comido en mi vida", asegura una de las clientas. "Las croquetas en este lugar puede decirse que son de otro planeta", asegura otro comensal.

En Don Bocarte, en Santoña, tienen una amplia carta de croquetas, y tan ricas que te va a costar decidir cuál vas a probar. De carabineros, de gamba flambeada, de jamón ibérico, de carrilleras de buey estofada y de boletus en temporada. Unas croquetas ejecutadas a la perfección, crujientes por fuera y muy sabrosas por dentro, y con una bechamel perfecta.

Si pasas por Cantabria o vives allí y aún no conoces estos dos lugares no dejes de ir a visitarlos y pedir una de croquetas, porque por muy negro que se levante el día con estas raciones se alegra cualquiera. Un manjar de dioses que te está esperando en Cantabria.