La espectacular tortilla que te hará volver a este pueblo de Cantabria

Encontrar una tortilla de patata que te haga cerrar los ojos y decir “esto sí” no es tan fácil como parece. Hay muchas, sí, pero pocas que rocen la perfección. Y cuando das con una de esas joyas escondidas, lo sabes. No es solo la textura o el punto del huevo: es el sabor, el entorno, el cariño con el que está hecha. Hoy te llevamos hasta Reinosa, en pleno corazón de Cantabria, donde un mesón de los de siempre sirve una tortilla que bien podría ser la mejor del mundo. O al menos, de esas que se te quedan grabadas.

En Mesón Cantabria, un restaurante con alma y sabor auténtico, lo de la tortilla es casi un culto. No hablamos de una receta cualquiera: aquí la tortilla se convierte en un plato de lujo, a pesar de su sencillez. El secreto, según dicen los que repiten (y repiten), está en la mezcla perfecta de ingredientes, en el fuego lento y, sobre todo, en no tener prisa. Porque aquí, como todo lo bueno, se hace con calma.

Pero lo que hace especial a este lugar no es solo la tortilla clásica con cebolla bien pochada y ese corazón jugoso que se deshace al cortarla. No. Lo realmente sorprendente es su variedad de tortillas: tienes desde la carbonara, con esa mezcla cremosa de nata, queso y beicon que recuerda a una patata gratinada envuelta en huevo, hasta la de morcilla, la campera, la de jamón y queso, o una deliciosa tortilla de setas con un sabor a tierra y bosque que encaja a la perfección con el paisaje de alrededor.

Otra especialidad: las bravas

Y si quieres la pareja perfecta, pídela con unas bravas. Aquí, incluso las bravas tienen ese toque cántabro, con una salsa sabrosa y una fritura impecable. No hay plato que defraude, ni en sabor ni en precio. Porque lo bueno, cuando es honesto, no necesita artificios ni cifras disparatadas.

El Mesón Cantabria está en Reinosa, un pueblo de montaña con mucho más que ofrecer que solo buena mesa. Pasear por sus calles es casi como hojear un álbum antiguo: casas de piedra, arquitectura tradicional, el murmullo del río Ebro bajando por el valle… todo un planazo para disfrutar de una ruta de verano y luego comer como un rey.

Además, esta zona es pura naturaleza. Campoo, con sus paisajes infinitos, su fauna, su olor a verde húmedo… es el escenario perfecto para una escapada. Y es que, a veces, lo único que se necesita para recargar pilas es un lugar bonito, una buena tortilla y una conversación sin reloj.

Así que ya lo sabes. Si alguna vez te preguntas dónde comer una tortilla que te haga sonreír de verdad, apunta este nombre: Mesón Cantabria, en Reinosa. No hay pretensiones. Solo sabor, tradición, y ese toque especial que hace que un plato sencillo se quede contigo para siempre.

Porque a veces la felicidad está más cerca de lo que creemos. Y sí, también puede estar en un tenedor con tortilla.