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Una serpiente y puertas torcidas: la casa que parece obra de Gaudí y está escondida en un pequeño pueblo de Guadalajara
Esta joya arquitectónica alberga referencias del modernismo y a criaturas fantásticas en mitad de un municipio que no llega a los 50 habitantes
No hace falta irse a Barcelona para encontrarte con una casa con un claro guiño a cuento modernista. Si conduces por la carretera N-211, al este de Guadalajara, justo en el kilómetro 56, te toparás con una estampa que desentona -y mucho- con el paisaje de pinares, cultivos y montes de la zona.
Allí, entre las casas sencillas de Rillo de Gallo, asoma una joya que parece traída directamente de la imaginación de Gaudí. Pero no, no es suya. Es de Juan Antonio, que es ni más ni menos que un vecino con mucho arte e iniciativa a la hora de apostar por lo original.
Constructor de profesión, un día decidió darle rienda suelta a su creatividad y construir una casa, pero no una cualquiera. Sin planos, sin arquitectos y con materiales reciclados de sus obras, levantó 'El Capricho Rillano', una vivienda que no deja indiferente a nadie.
La fachada es toda una declaración de intenciones. Y se preguntarán por qué. Pues está repleta de formas irregulares, tejado colorido, puertas torcidas, mosaicos y hasta una serpiente que trepa de arriba abajo por las paredes.
Y no solo eso. También hay ranas, ojos, girasoles, esfinges… entre otros tantos detalles originales. Por eso, muchos lo llaman ya el Gaudí de Guadalajara o el Capricho Rillano, en honor a la famosa obra de Comillas (Cantabria).
Lo curioso es que Juan Antonio no estudió arquitectura, pero eso no le impidió dejar volar su imaginación y acabó construyendo una casa única que ha puesto en el mapa a Rillo de Gallo, un pequeño pueblo de apenas 40 habitantes. Hoy, su original creación se ha convertido en una parada obligatoria para quienes se pierden por la Alcarria o recorren la comarca de Molina de Aragón.
Tan singular es la casa que la Vuelta Ciclista a España de 2021 le dedicó unos buenos minutos en televisión. Desde entonces, el Capricho ha aparecido en varios reportajes de TVE, CMMedia y otras cadenas.
Otros atractivos del municipio
Pero más allá de su icónica construcción creativa, Rillo de Gallo también sorprende por otras joyas que forman parte de su riqueza histórica y cultural. En plena vega del río Saúco, este pequeño pueblo alberga uno de los tesoros arqueológicos más importantes de la provincia: las pinturas rupestres del Abrigo del Llano, conocidas como Rillo I y Rillo II.
Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, estas manifestaciones del postpaleolítico forman parte del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo. Además, el casco urbano conserva rincones llenos de encanto como la casa de los marqueses de Embid, con su escudo barroco, o la fuente de la plaza principal, presidida por un busto de bronce de D. Calixto Rodríguez.
Y si el viajero se detiene en el Callejón del Arco, puede imaginar al mismísimo Cid pasando por allí en su ruta hacia Valencia, como asegura la tradición local.