El sector vitivinícola “tira” del medio rural

Castilla y León sigue inmersa en plena campaña de vendimia, sobre todo en la Ribera del Duero donde ya se ha recogido un 80 por ciento del fruto cultivado, de la que se espera una uva de calidad para la elaboración de grandes vinos y en una cantidad similar a la del pasado año.

El sector vitivinícola sigue siendo uno de los motores económicos de la Comunidad, y especialmente en el medio rural, que es donde se ubican la gran mayoría de las bodegas, con lo que ello supone para el desarrollo económico y social de los pueblos.

Es el buque insignia de nuestra agricultura, en palabras del consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, ya que la Comunidad suma hasta 650 bodegas de las que viven más de 19.000 familias y aporta mil millones de euros anuales a la cuenta de resultados del sector agrario regional.

De hecho, en lo que va de legislatura, el Gobierno regional ha apoyado hasta 163 proyectos en bodegas que han recibido una ayuda por importe de 39 millones de euros para una inversión de 97,7 millones de euros. Además, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural ha respaldado igualmente otros 351 expedientes para la promoción a terceros países a los que se ha concedido una ayuda de 20,6 millones de euros para una inversión de 41,7 millones, según informan fuentes del departamento que dirige Jesús Julio Carnero.

De hecho, en la última convocatoria aprobada en junio de este año se han admitido 112 programas con una ayuda de seis millones de euros, que tienen como objetivo apuntalar la posición de los vinos de Castilla y León en mercados ya consolidados, pero también abrir nuevos nichos en otros países emergentes.

Unos datos que revelaba este miércoles el consejero tras acercarse hasta la localidad burgalesa de Villalba de Duero para la inauguración de las nuevas instalaciones de la Bodega Bela, del grupo riojano CVNE, que con más de 140 años de historia acaba de desembarcar en la Ribera del Duero, donde suma una nueva bodega con 83 hectáreas de viñedo a las siete que ya tiene repartidas por Galicia, Cataluña, La Rioja.

Tras dar la bienvenida a este grupo a Castilla y León, Carnero destacaba la inversión realizada en estas instalaciones y el esfuerzo que se ha hecho para modernizarlas pero sin perder de vista el pasado y la tradición de los vinos que elaboran. “Proyectos como este son un ejemplo de desarrollo en el medio rural, ya que contribuyen a fijar población mediante la generación de empleo y ponen en valor a nuestro sector agroalimentario”, destacaba Carnero, mientras recordaba que la Junta ha ayudado a este proyecto con algo más de 388.000 euros dentro del Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español, dentro de una inversión total de casi dos millones de euros.

Las actuaciones previstas en la inversión tienen como finalidad la adecuación de las capacidades de elaboración y recepción de uva a los volúmenes de comercialización previstos en los distintos mercados. También se prevé la mejora de las instalaciones para la crianza de vinos de mayor calidad y valor añadido, así como la transformación de una instalación puramente operativa en un centro capacitado para la recepción de clientes profesionales y aficionados al sector del vino. Todo ello para potenciar tanto las marcas elaboradas por la bodega, como la DO Ribera del Duero y el entorno de Villalba de Duero.

La bodega

La bodega, que pasó a formar parte de la familia CVNE en 2019, ha creado un proyecto nuevo, basado en el viñedo en propiedad en distintos pueblos de la DO Ribera del Duero. El resultado es un espacio vanguardista con una combinación de madera y cristal.

Los más de 6.000 metros cuadrados de la bodega acogen una sala de barricas subterránea, capaz de dar cobijo a 10.000 barricas, la nave de vinificación y la sala de catas. En la entrada, una terraza y una cubierta vegetal da la bienvenida a las visitas, todo ello, rodeado por viñedos.

Esta bodega es un homenaje a los antepasados de la familia de CVNE, ya que el nombre de la bodega hace honor a Sofía, hija del cofundador de la bodega en el año 1879 Eusebio Real de Asúa, y a su vez bisabuela de los actuales responsables, a quien en el entorno familiar llamaban Bela.

Además, la bodega se convertirá en un referente para el enoturismo de la zona, con catas, visitas al viñedo, comidas, planes al aire libre, espacios para eventos y un amplio abanico de actividades y propuestas que se irán generando según la época del año.

Con esta, son siete las bodegas que forman CVNE, una empresa familiar que nace hace más de 140 años en Haro y hoy, cinco generaciones después, sigue en manos de la misma familia, elaborando vinos cuyo secreto está en la combinación entre tradición e innovación y que ocupan ya las mesas de más de noventa países.