Patrimonio

Palomares: De sustento para las familias a atractivo turístico

Descubra algunas de las rutas que hay para contemplar esta arquitectura típica y popular de Castilla y León, de la que se estima que se mantienen hoy unas siete mil, la mayoría en Tierra de Campos

Palomar de Frómista (Palencia)
Palomar de Frómista (Palencia)BrágimoIcal

Esta semana que termina se ha conocido que el Palomar de la localidad zamorana de Carrascal del Duero, del que se cree que tiene más de un siglo de existencia y está en desuso desde hace décadas, se encuentra en serio riesgo de derrumbe. Y, por ello, se ha incluido en la Lista Roja del Patrimonio Hispania Nostra, junto a otros mil monumentos españoles que tienen peligro de desaparecer, con el objetivo de que se pueda llevar a cabo su rehabilitación, para que pueda recuperar su esplendor pasado y saludar e incluso cobijar a su paso por el a los peregrinos que hacen el Camino hasta Santiago de Compostela para abrazar al Santo.

Y es que los Palomares son una de las construcciones típicas y tradicionales de Castilla y León, como son los hórreos en Asturias, las barracas en Valencia, las masías en la región de Cataluña o los molinos de viento manchegos, además de una de las joyas patrimoniales de que dispone esta Comunidad, ejemplos de arquitectura vernácula.

Nacieron con un fin económico y como sustento y alimento de las familias que tenían a estos edificios como modo de subsistencia desde la época clásica y hasta la mitad del siglo pasado. En Castilla, el palomero se dedicaba a mantener y explotar el palomar y la venta de palomina suponía un dinero añadido a su economía. Y es que además del aporte alimenticio, los palominos suponían un importante aportación económica extra a la tan menguada economía familiar de los sufridos labriegos.

Con la industrialización y el éxodo masivo de los pueblos a las ciudades, los palomares se fueron abandonando y descuidando y los palomeros se convirtieron en especie en extinción. Pero ahora, en el actual siglo XXI, muchos de estos edificios se han recuperado y se han convertido en foco de atracción turística, no sin antes haber sido modelo e inspiración artística y cultural de poetas, novelistas y pintores. Son muchas las referencias sobre los palomares las que aparecen en algunos de los libros más leídos en la historia.

De hecho, ya en “El Quijote” del universal Miguel de Cervantes se puede leer en unas de sus páginas referencias a los palomares, e incluso en el anónimo Lazarillo de Tormes, donde este presumía de tener entre sus propiedades un palomar que le podría dar en torno a doscientos palominos.

También Miguel Delibes se refiere a los palomares rústicos de Castilla como una construcción que decora y amuebla el paisaje, pero también y sobre todo que lo calienta. “Es una referencia en la inmensidad desolada del páramo”

Palomar de Boadilla del Camino (Palencia)
Palomar de Boadilla del Camino (Palencia)BrágimoLa Razón

Se calcula que, en época de mayor esplendor, en el siglo XIX, en Castilla y León llegaron a existir más de diez mil de estos palomares, y que en la actualidad se mantienen en pie, de mejor o peor forma, alrededor de siete mil, la mayoría de ellos en Tierra de Campos y en las provincias de Zamora, León, Valladolid y Palencia, principalmente, aunque también en Segovia pueden encontrarse numerosos ejemplos como en Velosillo, Cerezo o Tanarro, de base rectangular y tejado inclinado, o como en Sepúlveda, de tipo cilíndrico o circular.

Construidos en piedra, adobe e incluso en madera para la ancestral cría del pichón o paloma doméstica -data incluso de la España romana-, y para la recogida de la palomina, el considerado como el mejor abono para los campos, se dice que no hay dos palomares iguales. Y no solo por las formas, que son variadas, desde cuadradas, circulares, hexagonales o rectangulares, sino también por los distintos tipos de tejados que se utilizan, por la existencia o no de un patio interior en ellos e incluso por la altura, ya que les hay de hasta ocho metros de altura y seis de diámetro.

Las diputaciones están intentando recuperar aquellos que están en riesgo de derrumbe para ponerlos en valor y convertirlos en lugares turísticos para dinamizar las economías rurales y fijar población también.

Así hay algunas rutas en Valladolid y Palencia, sobre todo, aunque también en León y Zamora, en la que se pueden disfrutar de los mejores ejemplos de palomares típicos de esta Comunidad.

Palomar de Barcial de la Loma, en la provincia de Valladolid
Palomar de Barcial de la Loma, en la provincia de ValladolidLa RazónLa Razón

Valladolid

En Valladolid, se puede aprender y conocer todo lo que rodea a este mundo de los palomares y la cría del pichón en Castilla en el Centro de la Naturaleza de Matallana, que gestiona la Diputación de Valladolid, convertido en aula de interpretación y un primer y gran acercamiento real a esta arquitectura tradicional.

Medina de Rioseco, donde los palomares desde el imperio romano, Palazuelo de Vedija, Villamuriel de Campos, Villafrechós y Barcial de la Loma, Roales de Campos con un singular palomar hexagonal, Valdunquillo y Villavicencio de los Caballeros, en el regreso a tierras vallisoletanas por Bolaños de Campos, se observan algunos ejemplos de planta rectangular con un patio interior.

La ruta prosigue junto a la carretera N-601 en localidades como Becilla de Valderaduey, Villacid de Campos y Mayorga, donde el visitante puede disfrutar de un palomar urbano.

Melgar de Abajo y de Arriba, Herrín de Campos, con sus palomares de planta circular con patio interior y adornos en el tejado, Santervás de Campos, Villacarralón, Fontihoyuelo y Villalón de Campos, Cuenca de Campos, Tamariz de Campos, junto al Canal de Castilla.

Zamora

En Zamora, por ejemplo, destacan los palomares del municipio de Villaveza del Agua, situado a unos quince kilómetros de Benavente, la localidad más grande de Zamora, que se pueden visitar gracias a una ruta que se ha puesto en marcha en la localidad zamorana.

Centro de Documentación Transnacional de los Palomares de Castroverde de Campos, en la provincia de Zamora
Centro de Documentación Transnacional de los Palomares de Castroverde de Campos, en la provincia de ZamoraCentro de Documentación Transnacional de los PalomaresLa Razón

En el municipio de Castroverde de Campos existe el Centro de Documentación Transnacional de los Palomares con una exposición permanente de los distintos tipos de construcciones del artista vallisoletano Andrés Coello y dos documentales sobre estas populares edificios.

El centro ocupa un espacio de la Casa de la Cultura, decorado como el interior de los palomares y dedicado exclusivamente a la consulta e investigación, compuesto por una sala de exposiciones y una especie de biblioteca.

La colección permanente dispone de algunas de las publicaciones más conocidas que sobre los palomares existen en la actualidad, además de otros títulos que hacen referencia a los palomares de otras zonas de España y de Portugal. El objetivo que se pretende, según informan en la web del centro, es que todo el mundo pueda consultar esta bibliografía y conocer de cerca su historia y su significado, de manera que crezca su valoración.

Palomar de Villarmentero (Palencia)
Palomar de Villarmentero (Palencia)BrágimoLa Razón

Palencia

En la provincia de Palencia están localizados alrededor de un millar de palomares. Muchos de ellos pueden entenderse como un conjunto monumental e identificador y su desaparición supondría una pérdida irreparable de identidad del municipio y del territorio.

La denominada como Ruta del Oeste está conformada por los pueblos de Villamartín de Campos, Pedraza de Campos, Torremormojón, Capillas, Guaza de Campos y Frechilla. Un recorrido de 50 km por la provincia que recoge siete conjuntos de palomares y un total de 69 construcciones de diversas tipologías.

Destaca el conjunto de Villamartín, situado al oeste del casco urbano, con hasta ocho palomares. La mayoría de ellos son de tipología circular con patio al interior y destacan por su gran tamaño, tanto de perímetro como de altura. Algunos superan los seis metros de altura e identificamos uno de ellos con un diámetro de 13, 5 metros formado por cuatro anillos paralelos. En su mayoría son edificios con recinto, aunque de sus tapias pocos vestigios son legibles ya.

También es importante el conjunto de Torremorjón, formado por 17 palomares, en su mayoría en mal estado de conservación. Se ubican al oeste de la zona urbana en dos agrupaciones. En la más alejada del casco urbano se protegen del entorno encerrados en recintos de tapia, mientras que los más cercanos se construyen aislados y alineados con el camino. Dentro del casco se rodean de tapias que marcan la propiedad, y sobre ellas se descubren los tejados con niveles.

La Ruta del Este está conformada por los pueblos de Támara de Campos, Santoyo y Astudillo. Un recorrido de 10 km entre las tres localidades que recoge varios conjuntos de palomares y un total de 51 de estas construcciones de diversas tipologías.

Palomar de Santoyo, en la provincia de Palencia
Palomar de Santoyo, en la provincia de PalenciaAyto. SantoyoLa Razón

En Santoyo el visitante puede encontrar palomares circulares, cuadrados, rectangulares (formas muy comunes), triangulares (muy raros), pero sobre todo encontramos un palomar único en cuanto a su forma que podríamos definir como lobulado, ya que se trata de un palomar circular con cubos o torreones cilíndricos adosados. Este municipio, además, cuenta con un Centro Temático del Palomar

Según informa la web municipal, fue inaugurado el 30 de agosto de 2007 y se presenta ante los visitantes como un punto fundamental en su recorrido, como un espacio novedoso que difunde la tradición de los palomares en la Tierra de Campos Palentina.

Esta situado en una antigua casa de labranza, que ha sido recuperada para convertirse en el Centro Temático del Palomar y, que es a la vez una nueva referencia turística y un factor dinamizador de su entorno urbano más inmediato,. Ofrece un recorrido temático espectacular mediante unos sistemas expositivos innovadores que aproximan al visitante a una tradición ancestral de la zona.

En Astudillo, hay dos grandes conjuntos, al este y al oeste entorno al casco urbano, y una pequeña agrupación en la carretera de Santoyo, que suman 15 palomares. La mayoría son poligonales, destacando que en vez de seguir un patrón tienen formas singulares: imitando un castillo almenado, cuadrados adosados con patio y el más pequeño con cresterías decorativas.