Historia
Así fue la reconstrucción del Alcázar de Segovia
Hace 161 años un gran incendio calcinaba la fortaleza y tuvieron que pasar 20 años para su restauración
Fue un 6 de marzo de 1862. Una fecha funesta para Segovia, pero muy especial, para su Alcázar. Los desprendimientos de los tubos de una estufa en la Sala del Cordón desataba un incendio que se extendió con rapidez por los artesonados de madera. Fueron dos horas de destrucción masiva, aunque el incendio se prolongaría durante tres días. Los propios cadetes de la academia pudieron salvar algunos libros de la gran biblioteca que había arrojándolos por la venta y todos los volúmenes salvados se encuentran en la Biblioteca de la Academia de Artillería, algunos de ellos con las huellas ennegrecidas del incendio.
Fue lo poco que se salvó, ya que ardieron con el fuego la totalidad de las armaduras de madera y la mayor parte del mobiliario. Inmediatamente la ciudad de Segovia y buscando al Estado que prometió su ayuda pero que se quedaron en promesas. Fueron más de cinco años de gestiones y no se había conseguido nada, dejando durante un largo periodo el castillo abandonado.
En 1881 se aprueba la reedificación del monumento y se inicia el 20 de marzo de 1882 bajo la dirección del arquitecto provincial Antonio Bermejo y Arteaga. Unas obras que duraron catorce años y en 1896 se daba concluida la reconstrucción del Alcázar. La organización de sus estancias no sufriría cambios gracias a los dibujos y grabados que existían por parte del académico de Bellas Artes de San Fernando, José María de Avrial y Flores, reproduciendo fielmente las estancias de los Trastámara.
El Alcázar de Segovia volvería a ser centro de atención nacional, por haberse decidido que fuera junto a él donde se levantara el Monumento a los Héroes del 2 de mayo, a cuyo acto de la primera piedra acudiría el rey Alfonso XIII, quien encargó que se construyera el Museo Especial de Artillería.
En 1931 el Alcázar fue declarado Monumento Histórico Artístico y hoy en día es la principal estampa de la capital segoviana, siendo lo primero que divisa el viajero que se acerca a la capital para conocerla y siendo uno de los espacios más visitados de Castilla y León, en la actualidad.
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