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A la caza de vocaciones empresariales en Castilla y León

Las Cámaras de Comercio y Empresa Familiar de Castilla y León se alían para impulsar el relevo generacional mientras piden a Sánchez que abarate el coste de la contratación, rebaje las cotizaciones sociales y reforme el impuesto sobre sociedades

Méndez Pozo y Pedro Palomo, ras firmar el acuerdo de colaboración
Méndez Pozo y Pedro Palomo, ras firmar el acuerdo de colaboraciónRicardo OrdoñezIcal

Promover nuevas vocaciones empresariales en la empresa familiar; impulsar el relevo generacional a través de formaciones, talleres y ponencias específicas; estudiar las vías para la promoción de nuevas vocaciones empresariales; identificar las mejores prácticas en el ámbito de la empresa familiar; y divulgar y promocionar las mismas a través de los medios con los que cuentan las instituciones.

Estos son, grosso modo, los objetivos que se marcan desde el Consejo de Cámaras de Comercio, Industria y Servicios y desde la Empresa Familiar de Castilla y León, a través del acuerdo de colaboración que sus presidentes, Antonio Miguel Méndez Pozo y Pedro Palomo, respectivamente, firmaban este martes en Burgos

Un convenio que se articulará a través de la celebración de diferentes jornadas y talleres de formación en las catorce cámaras de Comercio en la Comunidad, así como mediante la divulgación de documentos e información.

Respecto a la continuidad de los negocios familiares, Méndez Pozo aseguraba que estudiar el proceso de sucesión en la empresa familiar, la visión que tienen los jóvenes familiares de la empresa, así como sus aspiraciones, sus relaciones con otros miembros y las principales dificultades a las que se enfrentan, son cuestiones “muy relevantes” pero que lamentablemente están “escasamente tratadas”. Por ello, afirmaba que desde la red cameral se quiere establecer un punto de encuentro en cada demarcación para poder abordar esta temática para tratar de llegar al público objetivo de esta materia en la Comunidad.

“Hay que despertar la vocación empresarial”, decía el también presidente de Promecal, mientras recordaba que España, en general, y Castilla y León, en particular, son territorios de pymes y empresas familiares, y advertía, contundente, de que “o hay empresarios o los países no funcionan”.

“Castilla y León es una Comunidad de pymes y empresas familiares que, pese a la incertidumbre geopolítica, se enfrentan cada día a diferentes retos para seguir siendo competitivas”, argumentó Méndez Pozo.

Por todo ello, instaba al Gobierno del socialista Pedro Sánchez a abaratar el coste de la contratación, rebajar las cotizaciones sociales y reformar el impuesto sobre sociedades en aras de la reducción gradual de sus tipos y del establecimiento de un esquema de beneficios fiscales más simplificado “con el propósito de estimular la actividad empresarial para que se puedan incrementar las inversiones, aplicar procesos innovadores con ello, la creación de empleo”.

Pedro Palomo, por su parte, hacía hincapié en que la continuidad la empresa familiar debe ser una prioridad en la actuación de las administraciones, y aseguraba que la fiscalidad, la falta de mano de obra y los elevados trámites burocráticos son las principales trabas que dificultan en estos momentos la actividad empresarial.

En este sentido, se refería a un reciente estudio realizado por la asociación, en el que se ponía de relieve que el 85 por ciento de las empresas familiares de la Comunidad no tiene ningún programa acordado para la sucesión en la empresa, también que solo una de cada diez aprovecha las ventajas fiscales en materia de sucesiones que existen en España para este tipo de compañías, y que el 82 por ciento afirma no haber recibido información ni formación específica en empresa familiar.

“Queremos llegar a aquellas empresas familiares que no pertenecen a la asociación para ayudarlas en este proceso de sucesión a través de actuaciones de formación e información, y entendemos que las cámaras de Comercio son el instrumento adecuado”, decía el presidente de Empresa Familia Castilla y León Palomo, quien recordaba que más del 90 por ciento de las empresas de Castilla y León son familiares, representan el 66 por ciento del PIB regional y generan el 73 por ciento del empleo del sector privado.