Gallardo da la cara por el campo en sus protestas: "Tienen razón"

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox), ha participado esta tarde en la inauguración del VI Foro Mediterráneo que se ha celebrado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid, donde ha vuelto a salir en defensa de los agricultores y ganaderos que se han echado a la calle con sus tractores para decir ¡basta ya!, pero también para advertir de las "nefastas" consecuencias que va a tener la Agenda 2030, "porque perjudica gravemente a los intereses nacionales".

"Las políticas climáticas han fracasado porque no sirven para proteger al medio ambiente y sí para aplastar al sector primario de Castilla y León y del resto de Europa", decía el número dos del Gobierno regional, quien ponía a la falta de relevo generacional, y el cierre de explotaciones en toda Europa por la falta de rentabilidad por lo que los ciudadanos deben "reaccionar", como algunas de estas consecuencias que ya se están viendo en el campo.

En este sentido, y ante las protestas del sector primario, aseguraba que prefiere “sufrir durante uno, dos o tres días un atasco” que no conformarse “ante la pérdida de soberanía alimentaria, la subida de precios de productos básicos y perder el derecho a la alimentación, que es lo más básico e imprescindible”.

García-Gallardo ha afirmado que prefiere las molestias derivadas estas tractoradas "durante un día, dos, tres o los que haga falta" frente a conformarse con la pérdida de soberanía alimentaria o la subida de precios de los alimentos básicos como el aceite de oliva.

"Las gentes del campo son la voz del sentido común y están dando la batalla de esta generación, que quiere volver a ser libre y próspera", decía, contundente.

Respecto a la carta que ha enviado el comisario de Agricultura de la UE, Janusz Wojciechowsky, quien se ha referido a la Europa mediterránea como "el jardín de Europa", afirmaba que los jardines "hay que segarlos, podarlos e introducir la mano del hombre para tener un jardín que merezca la pena".

También rechazaba las tesis que imperan" en actualidad de que la naturaleza se cuida por sí sola y planteaba volver a cuidarlo como lo hicieron las generaciones anteriores con la protección de los cauces de los ríos o la apuesta por los regadíos.

En el terreno de la gestión, García-Gallardo ponía en valor el esfuerzo que ha realizado la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León para impulsar el relevo generacional, la concentración parcelaria y la modernización de regadíos, con el fin de ayudar a preservar la salud del sector primario de la Comunidad.

Este esfuerzo se tradujo en más de 50 millones de euros en ayudas destinadas a la modernización y el relevo generacional. De ellas, 30,8 millones corresponden a jóvenes, lo que supone un 23 por ciento de incremento con respecto al año anterior. Una parte de las ayudas se destinó a impulsar los convenios de sucesión entre agricultores mayores y jóvenes.

Finalmente, señalaba que las protestas ciudadanas del sector “deben llevarnos a una reflexión de forma colectiva, con sensibilidad, y que le aproxime lo más posible a esa razón”. “Esta España se ha mantenido en silencio, es resignada, olvidada, silenciada muchas veces. Pero ha llegado el momento de abrir los ojos y escuchar atentamente lo que nos están diciendo”, decía el vicepresidente de la Junta, quien aseguraba que el Gobierno de coalición de Castilla y León “no apoya estas reivindicaciones para cautivar” el voto agrario o “hacer un ejercicio de oportunismo, sino porque tienen razón”. “Es la batalla de nuestra generación y nuestro futuro va en ello”, sentenciaba.

Por su parte, la impulsora del foro, la profesora Esther Muñiz, ha traducido la carta del comisario Wojciechowsky, valoraba el "momento excepcional" que vive el campo europeo tras la pandemia y la crisis derivadas de la invasión rusa de Ucrania, y ha destacado la importancia de la Política Agraria Común (PAC).

Y el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid (UVa), Javier García Medina, destacaba que la alimentación "es un derecho humano fundamental" y ponía el foco en las normas "que hay que cumplir o que faltan" para garantizar la soberanía y la seguridad alimentaria en el continente.