Medio ambiente

El humedal ejemplo de recuperación y conservación en España que no está inventariado

Denominado en el pasado “el Mar de Campos”, es uno de los Espacios Naturales más importantes de toda Castilla y León desde el punto de vista faunístico

Una bandada de cigüeñas sobrevuela el humedal palentino de la Laguna de la Nava
Una bandada de cigüeñas sobrevuela el humedal palentino de la Laguna de la NavaMiriam ChacónIcal

El humedal de La Nava en la provincia de Palencia se ha convertido en un gran ejemplo de recuperación y conservación que, sin embargo, no se incluye en el Inventario Nacional de Humedales, como el 80 por ciento del total de los existentes en España.

Es uno de los datos que se extrae del primer catálogo sobre humedales que existe en España, que incluye el mayor inventario contemporáneo y que ha sido promovido por la fundación Global Nature y elaborado con Datadista, aunando información pública de fuentes oficiales, publicada y no publicada.

En base a este catálogo, la fundación Global Nature, que lleva tres décadas trabajando en la conservación de humedales, denuncia que el 80 por ciento de los humedales no están dentro del Inventario Nacional.

Por primera vez en la historia de España existe un catálogo actualizado de humedales que permite identificarlos en el territorio y, tras meses de investigación, se han listado 6.169 zonas, pero el Inventario Español de Zonas Húmedas (IEZH) recoge sólo 1.352 de ellas.

Según Global Nature este catálogo resulta imprescindible para evitar el deterioro y poder crear hojas de rutas para conservar y restaurar estos ecosistemas que "representan el semáforo sobre el estado del ciclo del agua", como explica el director de la entidad, Eduardo de Miguel, quien apunta que estos espacios, bien gestionados, son aliados frente al cambio climático y protegen la biodiversidad.

El humedal de La Nava ocupa 450 hectáreas y no aparece en el listado como tampoco están ni siquiera identificados los de Boada (65ha) y Pedraza (70ha).

Denominado en el pasado “el Mar de Campos”, pudo llegar a ocupar algunos años alrededor de 4.000 hectáreas. Actualmente, podemos acceder a ella a través de la carretera local P-940, que une Fuentes con Mazariegos. Alberga zonas de conservación y protección para las aves y otras en las que se compatibiliza este uso con el pastoreo tradicional que desde siempre se ha desarrollado en estas praderas.

Hoy en día “la Nava” es una laguna artificial que fue recuperada hace más de una década y que está gestionada por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.

La laguna está, dividida en dos partes iguales, separadas por la carretera que une Mazariegos con Fuentes de Nava y con distinto régimen de uso. Una de las mitades se destina exclusivamente a conservación (aves) y la otra se aprovecha conjuntamente con los ganaderos de Fuentes de Nava (pastoreo). En estas últimas 150 has, conservación y pastoreo conviven en perfecta armonía, según informan desde la Diputación de Palencia.

La Nava es una laguna somera, cuya profundidad es de solo 35 cm. Sin embargo existen sectores más o menos extensos con mayor profundidad, que superan ligeramente el metro. Debido al carácter artificial, el agua, procedente del canal de Castilla, es introducido todos los años en el mes de octubre, por personal de la Consejería de Medio Ambiente. La intención, es imitar dentro de lo posible, el ciclo natural de la laguna: inundación en otoño e invierno y desecación durante el estío.

Una fauna sin igual

La laguna de la Nava, es uno de los Espacios Naturales más importantes de toda la Comunidad Autónoma desde el punto de vista faunístico. Están catalogadas 253 especies de vertebrados, destacando sin duda, las 221 especies de aves, que suponen algo más del 41 % de las especies de aves de España, incluidas las Islas.

De octubre a marzo acoge abundantísimos contingentes de anátidas que llegan a alcanzar las 20.000 aves en algunos inviernos. Es zona de importancia internacional para el ánsar común (Anser anser) con concentraciones máximas de hasta 10.000 individuos y otras muchas especies de patos, como azulones, cercetas, silbones o cucharas, se cuentan por cientos o miles.