Semana Santa
Luis Fernando García invita a “sepultar en el olvido resentimientos, envidias y egoísmos” bajo el prisma de la Pasión zamorana
El pregonero de la Semana Santa de Zamora estructura su intervención en los apartados de familia, amigos y fe
El pregonero de la Semana Santa de Zamora, Luis Fernando García, invitó hoy a vivir la Pasión zamorana “en toda su dimensión, significado, esplendor y belleza” y a procurar, “aunque sea por unos días, que nuestros resentimientos, nuestras envidias y nuestros egoísmos queden sepultados en el olvido y den paso a la tolerancia, a la paz y al perdón para, de esta forma, asemejarnos en lo posible al que tuvo la inmensa generosidad de darlo todo por nosotros, incluso su vida”.
Luis Fernando García, librero, fundador de la Asociación Cultural Capitonis Durii y pregonero nacional e internacional de la Pasión, pronunció estas palabras ante 600 personas en el Teatro Ramos Carrión, en la capital zamorana, durante el Pregón de la Semana Santa de Zamora, estructuró su discurso en tres grandes apartados: familia, amigos y fe.
“Lo que siento por nuestra Semana Santa es algo más que el afán por desfilar, cargar y organizar, es algo que los que la sienten de verdad lo entenderán porque no hay día que no recorra esas calles tan vacías a lo largo del año, porque guardo los recuerdos que, desde pequeño, he grabado y he cincelado en mi corazón para siempre”, explicó.
García Martín habló sobre su devoción, desde niño, por el Nazareno de San Frontis, “de la margen izquierda”, y por Nuestra Madre de las Angustias, cofradía de la que es secretario; su afición temprana a coleccionar itinerarios, carteles y publicaciones de Semana Santa y su infancia en el Colegio Arias Gonzalo.
“Aún recuerdo que, por Semana Santa, no sonaba el timbre para entrar a clase, sonaba Thalberg y no había educación física en el gimnasio durante esos días porque había exposición sobre Semana Santa, allí mismo, al lado de las aulas”, relató. “Todo esto se lo debo al fermosellano más universal, Don Manuel Rivera Lozano, quien fue mi director del Colegio Arias Gonzalo”, añadió.
Tras unos instantes en los que expresó visiblemente su emoción, recordó momentos en los que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación “no habían llenado nuestra existencia” y llegó a la Semana Santa un foro en el que “germinaron atrevimientos, verdades y mentiras” en una página web “nunca vista antes”, en alusión a www.lapasiondezamora.com, elaborada por su hermano, Javier García.
“Familia y tradición, van unidas, ligadas a esta tierra que nos cerca, nos acoge y reúne en torno a la Pasión y Muerte de Nuestro Señor. No olvido cada día y doy gracias porque he tenido el privilegio y la suerte de nacer en Zamora”, declaró.
“Amistades verdaderas que se hacen con motivos semanasanteros. Muchos de los que hoy aquí estáis, directivos y exdirectivos, no os habláis por rencillas, por rencores, por orgullo propio, y no merece la pena”, aseguró.
“Hacer cofradía todo el año”
En este contexto, el pregonero invitó a “hacer cofradía durante todo el año” y a “dar fe” a los fines por la que se fundaron las cofradías y hermandades, la obra social o bolsa de caridad. “No podemos ayudar a todos pero todos podemos ayudar a alguien. Amigos que marcan, que dejan huella, buena y otros, a lo mejor, no tan buena pero, en definitiva, han formado parte de tu historia”, indicó.
“No entendería estos días que ya vivimos, sin la presencia de mis amigos, personas que se unen a tus momentos y otros con los que compartes los suyos y, como si de una simbiosis se tratase, lo repites al año siguiente y ya es tradición”, agregó.
Luis Fernando García utilizó durante su alocución algunos de los recursos teatrales que tan bien conoce por su amplia trayectoria en el ámbito teatral, no en vano es presidente de la Asociación Cultural Capitonis Durii.
De esta forma, cuando hablaba del bosque de Valorio y del toque de tambor, la gran pantalla que tenía a su izquierda reflejó esos efectos y, en varios pasajes de su intervención, imágenes de retransmisiones televisivas y fragmentos de música evocadora, además de la interpretación en directo de una versión para guitarra española de la Marcha de Thalberg, emblemática de la Semana Santa de Zamora.
Después de citar al poeta zamorano Claudio Rodríguez, el pregonero calificó de “asombroso” el hecho de que “un pueblo entero rompa el ritmo de sus tareas cotidianas, abandone sus entretenimientos y se recoja en sí mismo para contemplar y clavar en su sangre la figura de Cristo quebrantado” y apostilló: “Zamora, como una ciudad prendida del cielo, toda ella en estos días es un dilatado Calvario. Zamora llora, sangra entre sus murallas”.
Zamora procesional
Además de hablar de sus vírgenes predilectas, concretamente, la Esperanza, la Soledad y, sobre todo, Nuestra Madre de las Angustias, incidió en la dicotomía entre la Zamora procesional y la profana. “La realidad del cofrade, íntimo en su estructura nazarena, es una y la realidad del mismo ser, despojado de su hábito y enhiesto en la selva de la envidia, es otra”, insistió.
“Por eso, nuestras imágenes, cristos, vírgenes, hincan sus miradas en nuestros rostros a su paso para pedirnos compasión, solidaridad, paz, igualdad, respeto y amor constante al prójimo, invitándoos a vivir la Semana Santa con austeridad y pasión, pero también con alegría”, recalcó.
Luis Fernando García apuntó que Zamora “ya huele a incienso, garrapiñadas y aceitadas, huele a vida” y concluyó: “Recordemos que tal día como hoy, el Rey de los cielos no entró en Jerusalén ni en calesa ni a hombros, sino en una humilde borriquilla. Quiso demostrar, que las puertas divinas del cielo tan solo las abre la santa humildad”.
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