Curuisodades

El pueblo sin mar que más marinos ha dado a la Armada Española

La conexión de esta población con la tradición naval se remonta al siglo XIX

El pueblo sin mar que más marinos ha dado a la Armada Española
El pueblo sin mar que más marinos ha dado a la Armada EspañolaAlija del Infantado

Durante los siglos XIX y XX fueron muchos los castellanos y leoneses que tuvieron que huir de su lugar de residencia para ganarse el sustento en otros lares. Eran tiempos difíciles, época marcadas por crisis, guerras o simplemente que no había donde "rascar". Más cercano en el tiempo es la década de los años 50 y 60 del pasado siglo cuando cientos y cientos de personas abandonaban sus hogares, más bien ubicados en las zonas rurales en busca de trabajo fuera de la comunidad, especialmente en Madrid o en el País Vasco, aunque muchos también tuvieron que buscarse la vida en países como Francia, Alemania o Suiza, incluso dando el salto a distintos países de América.

Ancla del buque Canarias en la localidad
Ancla del buque Canarias en la localidadLa Razón

Pero el caso que nos ocupa aquí es el de un municipio que ostenta como el pueblo del interior, es decir, sin mar, que más marineros ha aportado a la Armada Española. Una curiosidad, de un pueblo del interior, concretamente ubicado en la provincia de León, a más de 400 kilómetro del litoral y que se ha convertido en un caso único en España.

Nos estamos refiriendo a Alija del Infantado, una población leonesa que cuenta con alrededor de 600 habitantes y que tiene un nexo común con el mar. Pero de dónde proviene esa "devoción" por las aguas del mar. Pues hay que remontarse hasta el siglo XIX, mientras muchas personas buscaban escapar del campo, por las condiciones duras y las nulas oportunidades laborales que ofrecía, en dirección agrandes ciudades a o al extranjero en esta localidad se apostó por otra opción.

Recuerdos de Victoriano Villar en sus años en la Marina
Recuerdos de Victoriano Villar en sus años en la MarinaIcal

Y gran parte de culpa la tiene un joven, Juan Antonio Rodríguez, que se alistó en la Armada y sirvió en la fragata Numancia, primer buque acorazado en dar la vuelta al mundo. Un ejemplo que fue seguido por bastantes vecinos y que con el paso de los años se convirtió en una tradición, y transmitiéndose de generación a generación, hasta 36 personas que se han echado a la mar saliendo desde esta localidad.

Es por ello, que la propia Marina española reconocía esta tradición de este municipio leonés, y hace más de 30 años un almirante de procedencia leonesa donaba al pueblo un ancla de una tonelada procedente del crucero Canarias, como muestra de agradecimiento y reconocimiento.

En el año 2014, el Ayuntamiento rendía un homenaje póstumo a la figura del almirante Gonzalo Rodríguez-Martín Granizo, con la inauguración de un busto por su memoria. Y este mismo año, la localidad volvía a unir vínculos con el mar, ya que la Asociación de Veteranos de la Escuela de Máquinas de la Armada Española (AVEMAE), con sede en Ferrol, celebraba aquí su encuentro anual, volviendo a colocando a Alija en el lugar destacado que merece en el mapa de la Marina.

Una historia curiosa, de una localidad que también cuenta con otros encantos, como el Castillo del Pimentel, y una arquitectura tradicional singular, pero con una tradición marinera que pocos pueblos de Castilla y León tienen, Y con todo merecimiento.