Sociedad

Recuperados los primeros restos de oso cavernario de la provincia de León

El proyecto ‘Frontera cantábrica’ localiza evidencias de esta especie correspondientes a un ejemplar infantil y dos adultos

El delegado territorial de la Junta, Eduardo Diego. el coordinador del proyecto y paleobiólogo Darío Fidalgo, la profesora de Paleontología de la Universidad de León, Esperanza Fernández, y el profesor de Prehistoria de la ULE, Carlos Fernández presentan los resultados provisionales de la primera campaña de recuperación de restos de fauna del Cuaternario en cuevas de la provincia de León
El delegado territorial de la Junta, Eduardo Diego. el coordinador del proyecto y paleobiólogo Darío Fidalgo, la profesora de Paleontología de la Universidad de León, Esperanza Fernández, y el profesor de Prehistoria de la ULE, Carlos Fernández presentan los resultados provisionales de la primera campaña de recuperación de restos de fauna del Cuaternario en cuevas de la provincia de LeónPeío GarcíaIcal

El proyecto ‘Frontera cantábrica’, que desarrollan investigadores de la Universidad de León y del Museo Nacional de Ciencias Naturales en colaboración con la Junta y otras instituciones ha logrado recuperar las primeras evidencias de oso de las cavernas de la provincia de León.

Se trata de restos de tres ejemplares, uno de edad infantil y dos adultos, de esta especie extinguida hace 20.000 años. El hallazgo se llevó a cabo en una de las nueve cuevas estudiadas en una campaña que estudia los ecosistemas del pasado, para recuperar y estudiar los registros existentes, cuyos resultados provisionales fueron presentados hoy en la capital leonesa.

El delegado territorial de la Junta, Eduardo Diego, comentó que estos registros “ayudan a comprender mejor la evolución de la fauna, los ecosistemas y la presencia del hombre, tienen gran trascendencia científica y valor divulgativo y refuerzan el conocimiento de la provincia desde los puntos de vista histórico y natural”.

Los participantes en el proyecto trabajaron en esta campaña sobre un total de once cuevas seleccionadas de un catálogo inicial de 36 y descartaron dos de ellas. De esas nueve consideradas de interés, obtuvieron restos de más de 3000 ejemplares, entre ellos, de mamuts peludos o ciervos gigantes, de los que los más destacables son los de los tres osos de las cavernas, de los que al sur de la Cordillera Cantábrica solamente se han localizado restos en Palencia, Madrid y Guadalajara.

El paleontólogo del Departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Ciencias Naturales, Darío Fidalgo, uno de los principales responsables del proyecto, recordó que los osos cavernarios tenían bastante más envergadura que los pardos, se considera que seguían una dieta más herbívora y su distribución geográfica era más restringida, pero de alguna manera convivían entre ellos.

Los trabajos desarrollados han permitido localizar individuos completos de cabras montesas o cráneos de grandes rapaces, pero principalmente se han encontrado restos de osos pardos de diferentes edades e incluso alguna osera con más de 18 bebés de este plantígrado. “El trabajo en este tipo de entornos para recuperar patrimonio tan frágil es bastante complicado”, comentó y agradeció la labor llevada a cabo por los efectivos medioambientales del Grupo de Altura de la Junta, representados por Elías Díez, agente medioambiental que explicó que ellos aplican un protocolo de recogida de fauna con precintos, acta de levantamiento y de cesión para la investigación, que garantiza la trazabilidad y la ubicación de los restos. “Eran como santuarios. Allí converge la investigación y la protección del patrimonio” dijo antes de comentar que “si otra persona fuera del grupo de investigación se lleva los restos, se carece de esa documentación y se podría denunciar el expolio. Se garantiza que el patrimonio, que es de todos, cumpla con el proceso legal”, subrayó.

La labor del proyecto ‘Frontera cantábrica’, cuyos responsables remarcan la destrucción y expolio que presentan algunas de las cuevas estudiadas, ha llegado también a espacios de gestión privada como las de Valdelajo o Llamazares, para recuperar material de interés que pueda ser exhibido.

La faceta divulgativa de los hallazgos realizados es algo que los expertos tienen claro. La investigadora del área de Paleontología y profesora titular de la ULE, Esperanza Fernández, señaló que tras la labor de recuperación de este patrimonio “no tiene sentido si queda en los laboratorios. Hay que tener una trazabilidad del material, lugares de depósito y dar a conocer los hallazgos a la ciudadanía. Hay que dejar un registro de las cosas”. “Lo ideal sería que se pudieran exhibir”, remarcó Darío Fidalgo, tras apuntar que se desconoce por ahora dónde recaerá la custodia definitiva de los materiales recuperados.