Medio ambiente

Hacia un sistema energético sólido que no excluya ninguna opción

Expertos y profesionales del sector abordan el futuro de la energía nuclear y otras alternativas durante el I Congreso ENIOA celebrado en Valladolid

Una de las mesas redondas celebradas en el Congreso ENIOA con la participación de José Antonio Gago, entre otros
Una de las mesas redondas celebradas en el Congreso ENIOA con la participación de José Antonio Gago, entre otrosENIOALa Razón

España es una potencia en energías renovables, especialmente Castilla y León, donde se produce una quinta parte de toda la potencia de este tipo instalada en España.

Pero la energía que se genera a través del viento, el agua o el sol no es suficiente para poder cubrir la demanda, y menos aún tras la invasión rusa en Ucrania y después de que el Gobierno de Sánchez haya decidido apostar por suprimir la energía nuclear. Como quedó de manifiesto hace unos meses con el desmantelamiento definitivo de la central de Santa María de Garoña, en Burgos, pese a que empresas como Iberdrola ven con buenos ojos ampliar la vida de los reactores de ser económicamente viables.

Además, el Ejecutivo central prevé desmantelar antes de 2030 otros cuatro reactores de los siete operativos: los dos de Almaraz, el de Ascó I y Cofrentes, lo que supondrá dejar de producir el 20 por ciento de la electricidad limpia del mix energético nacional y la cuenta atrás para el final de la nuclear. España es en estos momentos un país que depende de otros en materia energética. Una situación que genera debate en la sociedad, y que esta semana se ha abordado en el I Congreso ENIOA sobre energía nuclear en la industria y otras alternativas celebrado en el Museo Patio Herreriano de Valladolid, con expertos y profesionales del sector.

Un foro en el que se hablaba y mucho de innovación y desarrollo de la industria nuclear, así como de su seguridad, sostenibilidad y perspectivas de futuro. Al respecto, José Antonio Gago, ex presidente de la Sociedad Nuclear Española, llamaba a invertir más en esta energía para cumplir con los objetivos de descarbonización. En su opinión, sin ella será mucho más difícil y costoso a no ser que se apueste por mantener las centrales de ciclos combinados, las que queman combustible fósil.

También se habló de hidrógeno verde y de la biomasa como principal vector de la descarbonización.Javier Robador, gerente de la Asociación Castellano y Leonesa de Hidrógeno, reivindicaba esta energía porque sustituye esos combustibles fósiles por una energía más limpia, al generar vapor de agua en lugar de CO2. Mientras que Elías Hernández, director general de ENSO, aseguraba que la biomasa es capaz de hacer frente a la volatilidad en la producción de otras alternativas como la solar o la eólica, si bien llamaba a tener en cuenta «todos los vectores» para desarrollar un sistema energético sólido.

Eugenio García Tejerina, secretario regional de la Asociación de Promotores de Energía Eólica, también participaba en este cónclave, donde explicaba el caso de éxito de Castilla y León en este ámbito energético. Algo que, a su juicio, pasa sobre todo por la confianza y colaboración de todos los implicados, mientras que Cristina Torres Quevedo, directora financiera de la Unef, disertaba sobre la energía fotovoltaica y aprovechaba una de sus intervenciones para pedir «agilidad, inversión y seguridad jurídica» como armas indispensables para que España pueda ser más pronto que tarde una potencia energética en la Unión Europea al tiempo que ponía al almacenamiento energético como la clave de bóveda para que la energía solar triunfe.

García-Gallardo y Veganzones junto a los ponentes y organizadores del Congreso ENIOA
García-Gallardo y Veganzones junto a los ponentes y organizadores del Congreso ENIOAEduardo MargaretoIcal

Más ciencia y menos ideología en la energía

El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, cerraba este foro que ha nacido con vocación de continuidad, mostrando su preocupación por la dependencia energética de España. Frente a ello, criticaba la «hipocresía verde» que impera en la izquierda de este país, y apostaba por una política en este ámbito basada en la ciencia y no en la ideología.

Asimismo, el político burgalés defendía las bondades de la energía nuclear, que considera «segura, barata, limpia y abundante» para la industria, y pedía al presidente Sánchez que revise su decisión de aparcar la nuclear «para no condenar aún más a España en materia energética».