Cataluña

El surrealismo y sus objetos raros, raros, raros

CaixaFórum une diseño y arte a partir de piezas de Dalí, Miró, Duchamp, Man Ray, Magritte o de Chirico

"Ceci n'est pas une exposition”: Surrealismo y diseño dialogan en CaixaForum
Entre las falsificaciones había obras de MiróQuique GarciaEFE

El diseño se encarga de unir estética y funcionalidad para hacer el objeto común lo más atractivo posible. Es decir, puedes hacer lo rara que quieras una silla, pero al final tiene que seguir permitiéndote sentarte. Ahora bien, ¿y si la funcionalidad de la silla no fuera únicamente sentarte?, ¿y si también sirviese para alterar conciencias, para despertar sueños, para descubrir deseos ocultos en el subconsciente? Esto es lo propuso el surrealismo, a partir del “Manifiesto surrealista” ideado por André Bretón en 1924, y abrió un mundo de posibilidades. Si se podía alterar la función del objeto común hasta convertirlo en algo extraordinario, entonces una silla podría convertirse, calro que sí, en una obra de arte.

Los surrealistas cogieron el diseño y lo convirtieron en arte, y entonces los diseñadores cogieron sus ideas y encontraron nuevas funcionalidades, así hasta conseguir una dinámica que ha marcado al mundo en múltiples formas. Esta es la idea de “Objetos de deseo. Surrealismo y diseño 1924-2020”, que CaixaFórum Barcelona acoge hasta el 7 de junio. Un total de 285 piezas, entre fotografías, objetos, “ready mades” revistas, cuadros, películas, libros y un largo etcétera, se unen para explicar esta fascinante relación de ida y vuelta entre diseño y surrealismo. Y lo hacen con una espectacular nómina de artistas, de Marcel Duchamp a Man Ray, René Magritte, Ray Eames, Carlo Mollino, Roberto Matta, Meret Oppenheim, Shiro Kuramata, Girogio de Chirico, Joan Miró, Le Corbusier y Salvador Dalí, entre otros. “Parece mentira, pero no se ha estudiado mucho la relación entre las ideas surrealistas y su influencia en los diseñadores que vinieron después", aseguró ayer Mateo Kries, comisario de la muestra, un trabajo conjunto entre Caixa Fórum y el Vitra Design Museum de Basilea.

Los surrealistas cogen objetos comunes y los convierten en obras de arte alterando su funcionalidad. Luego estos nuevos objetos estéticos influyen e inspiran a los diseñadores que industralizarán estas nuevas ideas creando objetos de consumo . “El ejemplo más claro de esta relación, y que muestra la exposición, es el famoso labio sofá que utilizó Dalí en su instalación sobre Mae West. Esto inspiró a Edward James para crear una pieza única, un sofá real, en los años 40. A su vez, en los años 70, un estudio italiano industrializó el diseño paralelamente que el arquitecto y diseñador Óscar Tusquets trabajaba con Dalí para lo mismo”, añadió Kries.

La muestra se divide en cuatro ejes temáticos, que a su vez siguen un esquema cronológico, organizados como si fueran cuatro puertas para entrar a cuatro mundos alterados de la conciencia. Estos ejes temáticos son los sueños de un nuevo modernismo, que abre la muestra, el erotismo, los arquetipos o el pensamiento salvaje. Entre las diferentes obras que podemos ver destacan desde la célebre rueda de bicicleta de Duchamp a la Escultura férula de 1942 de Ray Eames. A partir de aquí, la lista es infinita, desde los espectaculares vestidos de la colección de primavera de 2018 de la diseñadora Iris van Herpen a la revista “Minotaure” ilustrada por René Magritte, pasando por el jarrón de Jean Arp de 1965 o la radio interferencia de Isauru Noguchi de 1937. Entre las películas que se pueden ver en las paredes de la exposición destacan, como no, “El perro andaluz”, de Dalí y Buñuel o “Los misterios del castillo de dados”, de Man Ray. Por no hablar de la obra de Max Ernst “Bosque, Pájaros y sol”, de 1927 o las primeras edifiones firmadas o comentadas de “Nadja”, de André Breton o “La parte maldita”, de George Bataille. Incluso obras munumentales como la lámpara caballo, diseñado por el grupo Front o la pipa con ruedas de Aldo Tura. “La frontera entre diseño y arte siempre ha sido porosa y abierta”, concluyó Kries.