Independentismo
Moncloa acelera para reunir la “mesa de diálogo” antes del 17
Quiere evitar que interfiera la cita ante el Supremo de Torra: tanto JxCat como ERC alejan, por ahora, la opción de que sea esta semana por divergencias en el orden del día
El Gobierno, consciente de que Cataluña se sumerge en una semana de alto voltaje político, tiene la intención de forzar la máquina en las próximas horas para reunir la mesa de diálogo con la Generalitat y cumplir con su compromiso. Pedro Sánchez quiere que la cita, que se desarrollaría en Barcelona, tenga lugar antes del jueves para evitar que la vista de Quim Torra ante el Tribunal Supremo pueda dinamitarla.
Para ello ha acelerado los contactos con la delegación de la Generalitat, aunque, de momento, parece que con poca perspectiva de éxito. Desde el entorno del president y en el sector de JxCat niegan, por ahora, que haya posibilidad de que se celebre esta semana, mientras que desde Esquerra apuntan que están trabajando para que sea así, pero también reconocen que están hallando trabas en la preparación de la reunión.
Los republicanos han elevado el listón y exigen avances ya en esta segunda reunión. No quieren una nueva foto como en la primera cita de febrero porque, además, allanaría la campaña de JxCat contra Esquerra y la mesa de negociación. En este sentido, el partido de Oriol Junqueras reclama que en el orden del día, tal y como también ha pedido Torra, figuren el derecho de autodeterminación y la amnistía para los presos independentistas. Sin embargo, de entrada, la Moncloa se mantiene firme y sigue situando ambas cuestiones como una línea roja que no contempla rebasar. La previsión es que, de celebrarse la reunión, Sánchez y Torra no participen y cedan todo el protagonismo a los representantes de cada delegación.
Con las posturas enconadas, parece difícil que, en estos momentos, Sánchez pueda lograr reunir a la mesa de diálogo antes del jueves. De no hacerlo entre hoy y el miércoles, se antoja complicado que pueda hacerlo más tarde porque el panorama se envenenará en Cataluña. Una vez que Torra acuda al Supremo, la agitación irá «in crescendo» en la política catalana y los acontecimientos se encadenarán uno tras otro hasta desembocar en las elecciones, que tendrán lugar, previsiblemente, en febrero. Un clima así es poco propicio para celebrar la reunión.
Y es que otoño, como cada año prácticamente desde que estallara el «procés» en 2012, vuelve a proyectarse como una época de máxima excitación política en Cataluña pese a que, como ya quedó patente en la Diada, el independentismo social parece haber perdido fuelle y está menos movilizado. Así, este miércoles arrancará con la intervención de Torra en el Debate de Política General, que da inicio al curso político. Una semana más tarde –el 23 de septiembre–, el president tiene una nueva cita con la Justicia: en esta ocasión irá a declarar ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por una segunda causa de desobediencia.
A partir de entonces, la previsión es que, si la estrategia jurídica de los abogados de Torra no consigue retrasar la publicación de la resolución judicial –tienen la mirada puesta en Europa–, el president podría ser destituido del cargo a principios de octubre, en medio de un calendario cargado de fechas simbólicas. Desde el 1 de octubre –referéndum ilegal– hasta el 27 de octubre –declaración de independencia– pasando por el 14 de octubre –sentencia del «procés»–.
En cualquier caso, pese al clima tenso que se avecina en las próximas semanas en la autonomía catalana, Torra y JxCat tampoco han mostrado ningún interés por la mesa de diálogo. Mientras tanto, el interés de Sánchez pasa por rescatar a Esquerra del bloque del «no» en Madrid con la vista puesta en los presupuestos, aunque también con la intención de desinflamar Cataluña.
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