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Barcelona

Una Mercè discreta y reservada

El Ayuntamiento dispone eventos en pequeño formato por toda la ciudad adaptados al coronavirus

Un momento del Toc de Mercè en el Moll de la Fustal, con la participación de gigantes, cabezudos y el Seguici de la Ciuta
Un momento del Toc de Mercè en el Moll de la Fustal, con la participación de gigantes, cabezudos y el Seguici de la CiutaEnric FontcubertaEFE

do a la pandemia este año viene acompañado del adjetivo atípico, modesto o diferente. La Mercè, además, podría añadir el de «reservado». Al fin y al cabo, la asistencia a todas las actividades programadas para esta edición de la Fiesta Mayor de Barcelona son bajo reserva. Tras la polémica por el pregón a cargo del payaso Tortell Poltrona, «quien rechaza la lengua y la cultura de un lugar podemos decir que son, como mínimo, unos inadaptados», dijo, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pidió responsabilidad a los barceloneses y respetar las medidas de seguridad de la fiesta.

Así, buena parte de las actividades de la Mercè de las distancias, la mascarilla y la reserva previa tuvieron lugar en el Parc de la Ciutadella, que movilizaron a suficientes barceloneses como para formar colas a las puertas del parque sobre las diez y media de la mañana.

Las medidas de seguridad para hacer frente a la Covid-19 ha provocado que se dupliquen los escenarios con nuevos espacios emblemáticos de la ciudad como el Park Güell, el recinto del Camp Nou, el Teatre Grec, los Jardins del Doctor Pla i Armengol y La Modelo, que acogerán parte de la programación musical. En total, los conciertos se reparten en 14 espacios de la ciudad con pases de mañana, mediodía y tarde para limitar el aforo y garantizar la desinfección de los espacios entre sesiones, y se establece el 30% de aforo. Además, algunos conciertos se retransmitirán en directo a través de Betevé y BcnCultura para que el público pueda verlos sin moverse de casa.

Así, en la Ciutadella, por ejemplo, cada escenario tenía su propio acceso y cada espectador debía mostrar su reserva para entrar. «No se realiza como nos gustaría. Es un momento de llenar calles y plazas con centenares de actividades gratuitas y abiertas a todos», señaló Colau. La alcaldesa destacó, sin embargo, que se han programado más de 350 eventos en todos los distritos de la ciudad, por lo que se trata de «una Mercè más descentralizada que nunca». «Es muy importante que Barcelona mantenga la fiesta de La Mercè porque es un momento complicado y muy difícil, pero la ciudad no puede parar», añadió. Además, aseguró que si se siguen los protocolos, la cultura es segura y es importante apoyarla: «Hemos aprovechado para contratar a gente y compañías locales que nos necesitan, igual que los hemos necesitado a ellos durante el confinamiento».

El pregón que colea

Sobre el pregón de La Mercè, Colau agradeció al pregonero, el payaso Tortell Poltrona, su “magnífica” intervención, que tenía emoción, reflexión crítica, biografía barcelonesa, cultura y música, según Colau. En cuanto al hecho de que el presidente del grupo de BCN Canvi en el Ayuntamiento, Manuel Valls, y la del grupo municipal de Cs, Luz Guilarte, abandonaran el pregón por el discurso de Poltrona, la alcaldesa señaló que «el pregonero tiene toda la libertad de expresión». «Lamento que haya algunos de Cs y de BCN Canvi que hayan abandonado el pregón. Creo que no hay que estar de acuerdo con todo para escucharnos los unos a los otros», y consideró lógico que todo el mundo defienda su propia opinión.

El primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, sin embargo, tiene una opinión diferente. A su juicio, «tachar de inadaptados una buena parte de la sociedad catalana porque habla castellano es tan absurdo como creer que Cataluña es monolingüe y uniforme». Así, el concejal socialista se ha mostrado crítico con la intervención del payaso, afirmando que las lenguas son «patrimonio de todos» y que la diversidad es «un valor esencial de las sociedades avanzadas».