Coronavirus

El pianista que tocaba mientras Barcelona ardía

El músico interpretó hasta la última nota de la canción perfecta mientras la ciudad ardía a sus espaldas: “Eternal flame”

El pianista de la plaza Sant Jaume
El pianista de la plaza Sant JaumeLa Razón

Cuando en 1988 The Bangles compuso «Eternal flame», la llama eterna, el grupo tenía en mente algo tan universal como el amor, poco podían sospechar que la metáfora se perdería más de 30 años después para ponerle banda sonora a los disturbios de Barcelona el pasado viernes. Un solitario pianista amenizaba la velada, al filo del toque de queda, de los escasos transeúntes que paseaban por la plaza de la Catedral de Barcelona con «Eternal Flame» mientras, a sus espaldas, la ciudad ardía. Algo que sucede con cierta frecuencia desde que la capital catalana se ganó el apelativo de «la rosa de fuego» tras los disturbios derivados de «la semana trágica» de 1909. La llama eterna, de alguna manera, volvía a casa.

Los tiempos, afortunadamente, han cambiado. Durante «la semana trágica», tras la decisión del Gobierno de enviar tropas de reserva alas posesiones españolas se desató una huelga general como pocas se han visto en España. El balance de los disturbios fue de 78 muertos (75 civiles y 3 militares), media millar de heridos y 112 edificios incendiados, la mayoría de ellos religiosos. La reacción del Gobierno de Antonio Maura fue detener a varios miles de personas, 2.000 de ellas fueron procesadas. Las condenas fueron variadas: 175 penas de destierro, 59 cadenas perpetuas y cinco condenas de muerte. Además se clausuraron los sindicatos y se ordenó el cierre de las escuelas laicas.

En esta ocasión todo comenzó con una manifestación frente a la Generalitat, en la plaza Sant Jaume, contra las nuevas restricciones por el coronavirus. En ella se dieron cita diversos colectivos afectados como restauradores y hosteleros. Pero también grupúsculos negacionistas que aprovecharon el anonimato que les brindaba la protesta para atacar a los Mossos d’Esquadra que custodiaban la Generalitat. La policía catalana no preveía una reacción tan violenta por parte de los manifestantes, así que con la llegada de los antidisturbios las escaramuzas se sucedieron por las calles y callejuelas del casco antiguo de Barcelona hasta llegar a la vecina plaza de la Catedral, dónde aguardaba nuestro pianista que no dudó en terminar la canción pese al alboroto que progresivamente se formaba a sus espaldas. Tal y como cantaba Queen, el espectáculo debe continuar.

Los tiempos, como decíamos, han cambiado. Los violentos incidentes que se registraron el viernes en el centro de Barcelona dejaron catorce personas detenidas, dos de ellas menores de edad, según informó el director general de los Mossos d’Esquadra, Pere Ferrer. Además, treinta personas resultaron heridas en los disturbios. De estos, hay 20 agentes de los Mossos d’Esquadra y 3 guardias urbanos, todos ellos de carácter leve. También sufrieron lesiones siete ciudadanos, de los cuales tres fueron atendidos por los servicios sanitarios en el lugar de los hechos, y otros cuatro tuvieron que ser derivados a centros médicos.