Divisón

JxCat ya cuestiona el pacto de Govern con Esquerra

«El acuerdo no es compatible con la renuncia a la unilateralidad», avisa Míriam Noqueras tras el gesto de Junqueras. Primera crisis dos semanas después de su constitución

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, acompañado del vicepresidente, Jordi Puigneró
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, acompañado del vicepresidente, Jordi PuigneróQuique GarcíaEFE

El Govern Aragonès ha nacido con varias crisis a cuestas: apenas dos semanas después de su estreno, JxCat ya cuestiona el acuerdo de coalición con los republicanos por las palabras del líder de ERC, Oriol Junqueras, avalando los indultos y aparcando la vía unilateral del independentismo. Un balón de oxígeno a Pedro Sánchez que ha puesto en alerta a los postconvergentes, volcados en desgastar a Esquerra por su mano tendida con La Moncloa. «No. El acuerdo [de coalición para la Generalitat] no es compatible con la renuncia a la unilateralidad», ha avisado la líder de Junts en el Congreso, MíriamNogueras, en una entrevista en Ràdio 4 sumándose a las críticas de Jordi Puigneró, vicepresidente del Govern y hombre fuerte de Puigdemont en el Palau de la Generalitat.

«Tenemos un acuerdo de gobierno que hemos firmado hace poco y que queremos respetar. Es un acuerdo muy claro de legislatura sobre el cual pivota en primer lugar una mesa de diálogo a la que hemos dado un voto de confianza y es un acuerdo que no descarta ninguna vía democrática a posteriori», ha replicado Puigneró ante los últimos movimientos de Esquerra.

La citada Nogueras, también perteneciente al círculo de confianza de Puigdemont, ha sido otra de las encargadas en poner voz al sector más crítico de los postconvergentes con ERC. La estrategia es esgrimir el pacto suscrito para gobernar en coalición y achacar a los republicanos un «cambio de guion» tras las palabras de Junqueras y el acercamiento entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès. «El acuerdo dice claramente que el independentismo no descarta ninguna vía. Y este acuerdo está firmado por ERC y Junts», ha defendido Noqueras, quien incluso ha emplazado a los republicanos a explicar su supuesto cambio de postura. «Sorprenden los discursos diferentes en campaña y fuera de campaña», señaló para remachar después: «Los acuerdos están para cumplirlos [...] que se les pregunte a Esquerra».

Nogueras también ha insistido en no renunciar a la vía unilateral e incluso ha asegurado que se trata del único camino viable ante el Estado: «Que me expliquen cómo se puede hacer la independencia si no es unilateralmente», ha clamado Nogueras.

En la línea similar se ha expresado Joan Canadell, diputado posconvergente, expresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona y uno de los dirigentes más beligerantes de JxCat: ha pedido en las redes «unidad» dentro del independentismo e insiste en la necesidad de ir preparando el nuevo «embate» democrático «después de que haya fracasado la mesa de diálogo» en un «máximo de dos años». Una estrategia que contrasta con la mano tendida de ERC y su apuesta por la negociación.

Más conciliadoras se han mostrado otras voces como Elsa Artadi y la nueva consejera Gemma Geis, aunque ambas coinciden en no descartar ninguna vía dentro del independentismo. La ciudadanía es la única que puede «tutelar a las instituciones catalanas», dijo la vicepresidenta y portavoz de JxCat, Elsa Artadi, quien ya dio un sonoro portazo al nuevo Ejecutivo de Pere Aragonès al rechazar ser su «número dos» justo antes de su constitución.

“Tutelas” y “155 monedas de plata”

Y es que las palabras de Junqueras avalando los indultos y aparcando la vía unilateral han provocado un auténtico terremoto político en Cataluña: el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, cargó directamente contra Esquerra el martes y acusó al propio Junqueras de «tutelar» a Pere Aragonès por «limitar la capacidad de acción» del president al frente del Ejecutivo al renunciar públicamente a la unilateralidad. Una dura respuesta que supone la primera crisis del nuevo Govern unos días después de su constitución. De hecho, Sànchez recurrió incluso a las «155 monedas de plata» de Rufián en 2017 –para señalar a Puigdemont cuando iba a convocar elecciones y no seguir con la DUI– con el fin de criticar a ERC y denunciar que ha cedido a las «presiones del Estado».