Cataluña

ERC apuesta por la “confrontación democrática” en la mesa de diálogo con el Gobierno

El partido republicano sigue lejos de prestar sus votos para aprobar la reforma laboral

La portavoz de ERC, Marta Vilalta.
La portavoz de ERC, Marta Vilalta.Toni AlbirAgencia EFE

Esquerra busca reforzar su estrategia política y, para ello, ha iniciado los trabajos para actualizar su hoja de ruta para los próximos dos años. En el documento inicial elaborado por el partido republicano, que será revisado y enmendado por las bases, se hace referencia a la independencia y el rumbo a tomar y parece meridianamente clara su apuesta: la negociación política con el Gobierno para dar una salida al «procés». A través de la mesa de diálogo creada ya hace dos años, ERC quiere ejercer la «confrontación democrática» con el Estado, aunque también advierte de que si esta vía fracasa, mantiene abierta la puerta a la desobediencia.

«Nuestra apuesta por una negociación política es coherente con la demanda histórica del derecho de autodeterminación por vías pacíficas», expone el texto. Los republicanos aseguran que la negociación política es donde «siempre» han querido estar y donde «claramente la mayoría» de la sociedad pide que estén. A pesar de esa declaración de intenciones, también hacen un guiño a JxCat con la desobediencia como «plan B» a la vía dialogada: «No renunciamos ni renunciaremos a ningún instrumento democrático que nos permita decidir nuestro futuro colectivo para llegar a la república catalana, desde acciones de desobediencia política y social hasta a acciones de desbordamiento democrático para hacer posible el derecho a la autodeterminación».

Además del guiño, también hay una apelación al realismo, dirigida a los sectores más exaltados. «Para ganar no hay atajos, no hay fórmulas mágicas; solo hay un camino: ser todavía más y más fuertes y estar más preparados», señala el documento. En cualquier caso, el planteamiento de los republicanos es incluir la «confrontación democrática» en la mesa de diálogo, que pasa por exigir el referéndum y la amnistía frente al Estado, y aseguran que cualquier desenlace de la negociación debe desembocar en una votación.

Raül Romeva se encarga de pilotar esta ponencia que debe concretarse en la Conferencia Nacional convocada para el 12 y 13 de marzo. Romeva ha advertido este lunes que el documento tan solo incorpora cosas nuevas con respecto a los textos de la anterior Conferencia Nacional de 2018 y Congreso de 2019: es decir, no hay ningún elemento que quede sustituido.

Lo cierto es que el documento expone las señas de identidad del partido y el rumbo que quiere tomar. En este sentido, cabe destacar que, en la parte introductoria, donde está todo más o menos sintetizado, el partido prioriza reivindicar su pasado histórico y definirse como formación de izquierdas, feminista, ecologista, republicano y antifascista antes que independentista, lo que alimenta las señales de que antepone cuestiones de ámbito ideológico y socioeconómico al «procés».

Este documento refuerza la prioridad de Esquerra por la mesa de diálogo para los dos próximos años, aunque también lanza un aviso abriendo la puerta a la desobediencia al Gobierno en un momento en que anda dando largas. En este sentido, de momento, también cabe decir que la paciencia de Esquerra parece lejos de agotarse pese a los retrasos en los avances de la negociación con el Estado y evitan amagar con activar un «plan b» tal y como está exigiendo JxCat en las últimas semanas. Los republicanos dejan en manos de Pere Aragonès y Pedro Sánchez la fecha para la celebración de una nueva reunión de la mesa de diálogo, pese a que la voluntad de ERC era que fuera este mismo mes de enero. «Lo importante es que haya avances», reiteran en ERC, excusando así el nuevo retraso provocado por la Moncloa.

Más allá de la mesa de diálogo, los republicanos también están poniendo las cosas complicadas con la reforma laboral y muestran día a día la lejanía que hay ahora con el Gobierno. «Ya nos gustaría decir que somos participes de una reforma que es buena para los ciudadanos, pero no estamos aquí. Actualmente vemos como en la propuesta de modificación de la reforma laboral del PP queda muy lejos de la derogación que habían propuesto», ha afirmado hoy la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, quien ha lamentado la actitud del Gobierno porque considera que tampoco «quiere negociar ni cambiar ni una coma y vetan cualquier posibilidad de mejorar». «No es que estemos instalados en el no, sino que estamos ante un chantaje del Gobierno del estado», ha zanjado.

Los republicanos priorizan un cambio por encima de todo: la devolución a las autonomías de la autorización administrativa de los ERE, arma con la que pretenden intentar frenar la deslocalización de ciertas empresas industriales que tanto está castigando a Cataluña económicamente. También reclaman anteponer los convenios autonómicos a los estatales y recuperar los 45 días de indemnización por despido y los salarios de transición. Estos tres últimos puntos no parecen tan prioritarios como el primero.